Las denuncias por violencia de género han aumentado en la provincia de Córdoba un 1,2% en el último año, según los datos difundidos por el Observatorio contra la Violencia de Género, que indica que durante el último año se recibieron un total de 1.826 denuncias, frente a las 1.803 del año anterior. Estas denuncias tuvieron como víctimas a 1.849 mujeres, de las que 1.732 eran de nacionalidad española y solo 117 de otras nacionalidades. Hay un dato relevante en este informe que es el que indica que de todas ellas, 91 víctimas se acogieron a la dispensa de obligación de declarar como testigo contra su agresor. De estos casos, 58 fueron mujeres de nacionalidad española y el resto de otras nacionalidades.

Por otro lado, el informe del observatorio indica que durante el año pasado se incoaron 406 expedientes para tomar medidas de protección, de los que se aprobaron 323 y se denegaron 83. De las solicitantes de estas medidas, 362 mujeres eran mayores de edad de nacionalidad española y 4 menores de edad. El resto de las solicitudes, correspondía a mujeres extranjeras.

En cuanto a los varones enjuiciados por este tipo de delitos se indica que ascendió a un total de 262, de los que 241 fueron condenados y de ellos 210 eran españoles y 21 extranjeros.

En lo que se refiere a Andalucía, durante el año 2018, los juzgados andaluces recibieron un total de 34.588 denuncias por violencia de género, lo que supone una disminución de 2,3 puntos respecto de 2017, cuando las denuncias fueron 35.398. Las mujeres víctimas de violencia machista fueron 33.590, lo que supone un descenso del 2,8 por ciento.

En cuanto a la tasa de mujeres víctimas de violencia de género por cada 10.000 mujeres, destacan por encima de la media nacional, que es de 66,56, las Comunidades de Baleares, con una ratio de 102,71, Comunidad Valenciana, con 86,97, Murcia, con 85,93, Canarias, con 78,85 y Andalucía, con 77,48 mientras que la ratio más baja se dio en Castilla y León, con 40,83, Extremadura, con 42,43 y Galicia, con una ratio de 44,13.

Más de un 70 por ciento de las denuncias presentadas lo fueron por la propia víctima, directamente en el juzgado o a través de atestados policiales. Las denuncias por intervención directa de la policía se sitúan en casi el 11 por ciento de los casos. El número de denuncias presentadas por familiares de la víctima fue del 1,7 por ciento del total. Los partes de lesiones recibidos directamente en el juzgado representaron algo menos del 10 por ciento de las denuncias.

En el pasado año, en 2.557 casos la víctima de violencia de género se ha acogido a la dispensa de la obligación legal de declarar, lo que supone un porcentaje de un 7,4 por ciento en relación con el total de mujeres víctimas de violencia de género, cifra igual a la del año anterior.

1.984 mujeres que se acogieron a la dispensa eran españolas, un 77,6 por ciento del total y 573 eran extranjeras, un 22,4 por ciento.

Durante 2018 se solicitaron 9.482 órdenes de protección en los órganos judiciales. Un total de 8.763 órdenes de protección (que incluyen medidas de protección y seguridad de las víctimas) fueron solicitadas en los juzgados de violencia sobre la mujer y otras 719 lo fueron en los juzgados de guardia.

El incremento de solicitudes de órdenes de protección en los juzgados especializados con respecto a 2017 fue de un 0,2 por ciento. Un 76,7 por ciento de las órdenes de protección solicitadas fueron adoptadas (6.728), 2,2 puntos por encima del año anterior.

En los juzgados de guardia, se acordaron 609 órdenes de protección, lo que supone un 84,7 por ciento del total de las solicitadas, habiendo sido denegadas 110.

Valoraciones de la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona

Los datos estadísticos correspondientes al año 2018 nos indican, de manera fehaciente, un importante aumento de las condenas a maltratadores e importantes incrementos asimismo en las órdenes de protección, tanto en el número de las solicitadas como en la cifra de órdenes concedidas.

El aumento de las denuncias presentadas en los órganos judiciales nos vuelve a situar, por un lado en un escenario en el que es positivo que afloren todas las conductas violentas hacia la mujer y hacia los menores y, por otro, es evidente que nos sacude internamente pues estamos hablando de cifras inasumibles, impropias de una sociedad madura y civilizada.

Es muy positivo insisto comprobar, una vez más, como aumentan las condenas y también resulta satisfactorio ver como se incrementan de nuevo las medidas de protección de las víctimas, sean mujeres o sean hijos o hijas. Que las órdenes de alejamiento o las prohibiciones de comunicación adoptadas por los órganos judiciales afecten a dos de cada tres casos en que se ha solicitado una orden de protección, unido al dato de las medidas civiles de protección, esencialmente de menores, no es sino el fiel reflejo de la sensibilización judicial hacia el fenómeno de la violencia de género.

Una vez más, pues, el mensaje a trasladar a la ciudadanía tiene que ver con que, pese a todos los imponderables que coexisten en una materia tan sensible como es la violencia de género, no hay impunidad alguna y el Estado de Derecho funciona.

Quiero asimismo resaltar un pequeño dato, pero importante, y al que me he referido con asiduidad. Este año, hemos duplicado el porcentaje de denuncias presentadas por familiares de las víctimas, sobrepasando un cuatro por ciento del total, cuando apenas se superaba un dos por ciento en 2017. Es motivo de esperanza, pues en la implicación de familiares y entornos cercanos se gana mucho terreno para combatir, por un lado, la propia violencia de género y, por otra parte, para que la víctima deje de sentir buena parte de su soledad y desamparo.

Los datos de este pasado año nos alertan, sin embargo, de que sigue creciendo el número de víctimas y apenas desciende también el de menores enjuiciados por la comisión de delitos de violencia de género. Como presidenta del Observatorio me preocupa que persistan todavía actitudes de violencia machista en nuestros jóvenes, que debieran ejemplificar mejor que cualquier otro segmento social los valores de igualdad, respeto y libertad.