La incidencia del VIH en Córdoba descendió un 15% durante el año 2019 (fecha de corte de los últimos datos publicados por la Consejería de Salud) al detectarse en la provincia 28 nuevas infecciones en lugar de las 33 del año anterior, lo que redujo la tasa a 3,5 casos por 100.000 habitantes. De esta forma, la prevalencia en Córdoba se sitúa por debajo de la media andaluza, que con 504 casos nuevas ha caído a 5,9 casos por cien mil habitantes.

Según los datos aportados, el 83% de las nuevas infecciones se produjo en hombres y el 16% en mujeres. La categoría de transmisión más frecuente fue la de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (57%), seguida de la heterosexual (25%) y de las personas que se inyectan drogas por vía intravenosa (1,5%). Un 31% de las nuevas infecciones se diagnosticaron en jóvenes menores de 30 años, por lo que desde el Plan Andaluz frente al VIH/Sida y otras ITS se insiste en la necesidad de continuar avanzando en materia de prevención, especialmente entre la población joven.

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En este contexto, un día antes del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se celebra mañana, 1 de diciembre, la Federación Cordobesa de Drogadicción y Sida ha hecho público un comunicado en el que describen las carencias que están detectando en la atención a las personas que padecen la enfermedad durante la actual coyuntura sanitaria, algo que "se está reflejando en todas las provincias y también en Córdoba".

"Las entidades sociales estamos siendo testigos de los efectos devastadores que la actual crisis sanitaria por covid-19 está teniendo en las personas que atendemos", destacan, especialmente "aquellas cuyos ingresos provenían de la economía sumergida o informal". Los periodos de confinamiento y, en muchos casos, la imposibilidad de acceso a cualquier tipo de ayuda pública está suponiendo, según manifiestan, que las personas usuarias de drogas, las personas en la prostitución, las personas sin hogar, las personas privadas de libertad, las personas migrantes y, de forma transversal, todas las mujeres, entre otros colectivos, "vean comprometido el acceso a recursos básicos como la alimentación, la salud o la vivienda".

Por otro lado, la actual crisis sanitaria, recalcan, "está provocando una situación de estrés inédita en nuestro Sistema Autonómico de Salud". Los departamentos de Salud Pública están centrados en implementar políticas preventivas para hacer frente a la pandemia y ello está afectando a la atención sanitaria de la población en general, y de manera concreta, a atención de las personas con VIH y los recursos para atender la salud sexual de la población.

Durante los periodos de confinamiento, y también en la actualidad, se aprecia el cierre de clínicas de ITS, la dificultad de acceso a la atención primaria o la dedicación de las personas especialistas en enfermedades infecciosas a atender a pacientes de COVID-19, limitando el acceso a la prevención y el diagnóstico del VIH y otras ITS. Sin duda, esto va a suponer un incremento en las tasas de diagnóstico tardío cronificadas en nuestro país y un aumento de morbilidad en las personas con el VIH.

Además, el impacto del COVID-19 ha supuesto, en muchos lugares de nuestra geografía, la paralización de la puesta en marcha o la dispensación de estrategias preventivas recientemente aprobadas como la Profilaxis Pre-exposición, que estaba dando muy buenos resultados en determinados grupos de población: hombres que tienen sexo con hombres, personas trans o personas en contexto de prostitución.

Estigma y discursos reaccionarios

También queremos seguir insistiendo en la persistencia del estigma y la discriminación asociada al VIH/Sida en nuestra sociedad. Así, desde el comienzo de la pandemia del VIH, demasiadas personas con esta patología han estado y siguen estando en una situación de autoconfinamiento social y viviendo su realidad desde el aislamiento, la soledad y la ocultación.

Por desgracia, en los últimos tiempos, estamos observando el retorno de viejos discursos reaccionarios que atentan contra los derechos que tanto costó alcanzar. Vivimos con preocupación el auge de ideologías machistas, homofóbicas, transfóbicas y xenófobas, ante las que decimos desde la sociedad civil que no vamos a permitir ni un paso atrás.

Es los últimos dos años en España se han dado pasos importantes en la respuesta frente al VIH. Hemos avanzado en la consecución de los objetivos 90-90-90 de ONUSIDA. En septiembre de 2019 se incluyó la PrEP como prestación en el Sistema Nacional de Salud. En 2018 se firmó el Pacto social por la no discriminación y la igualdad de trato asociada al VIH y se ha conseguido acabar con la exclusión de las personas con el VIH en el acceso a la función pública.

La Federación afirma que la pandemia de la COVID-19 está suponiendo un desafío inédito para los gobiernos de todo el mundo y la sociedad global, y desde las entidades sociales estamos redoblando esfuerzos para seguir atendiendo a las personas vulnerables. Sin embargo, la respuesta a la actual epidemia no puede significar un retroceso en los logros obtenidos.

Asimismo, plantean la necesidad de garantizar el acceso al diagnóstico del VIH y otras ITS, así como la profilaxis preexposición (PrEP) a todas las personas que lo necesiten y reconocer que las entidades sociales y las personas voluntarias somos imprescindibles para articular la respuesta al VIH y el apoyo a las personas más vulnerables, por lo que se debe garantizar nuestra sostenibilidad y participación social.

Por su parte, la Consejería de Salud y Familias ha recordado que el estudio VIHsualiza Andalucía tiene como objetivo principal conocer en profundidad el abordaje del VIH y el sida en España teniendo en cuenta la diversidad territorial e incluyendo recomendaciones acerca de los retos, oportunidades y necesidades identificadas, de manera que sirva como referencia para los agentes interesados y responsables en todos los ámbitos.

Entre las principales conclusiones de este estudio en cuanto a los recursos destinados a la atención al VIH en Andalucía figuran que existe una amplia red hospitalaria que garantiza la atención especializada a personas con VIH, reforzada por las intervenciones realizadas desde los centros de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) del Servicio Andaluz de Salud y de los centros comunitarios de la

comunidad autónoma. Como recomendaciones, VIHsualiza Andalucía sugiere la elaboración de un plan de humanización específico y un plan de autocuidados en VIH; la mejora del diagnóstico precoz con medidas como el fomento del cribado del VIH en Atención Primaria y el aumento de los puntos de acceso a la prueba diagnóstica; la apuesta por las TIC como herramienta de prevención; el abordaje integral y multidisciplinar del VIH; la atención a las necesidades derivadas de la cronicidad de la enfermedad, entre otras.