Digamos déjà vu electoral, por no decir el día de la marmota. El 10 de noviembre, los cordobeses, como el resto de españoles, estarán de nuevo llamados a las urnas en la 14ª elecciones generales celebradas desde el año 78. Como el pasado 28 de abril, el electorado de la provincia (en torno a 648.800 personas) tendrá la posibilidad de elegir a diez representantes (seis diputados y cuatro senadores) de entre las formaciones políticas en liza (12 en la anterior cita), que han puesto a funcionar ya la maquinaria electoral. Entre tanto hartazgo y enfado ciudadano, apenas una buena noticia: la campaña durará solo una semana. Aleluya.

En el horizonte de este 10-N en Córdoba planea la amenaza de la abstención --frente a la alta participación de abril cuando se superó en 6,59 puntos la de hacía tres años--, y la incógnita de si la derecha logra el vuelco de unos resultados que hace cinco meses colocaron al PSOE como primera fuerza política en 72 de los 77 municipios cordobeses. El PP, con 65.000 votos menos que en 2016, fue el segundo partido más votado en Córdoba, pero perdió uno de sus dos diputados; mientras que Ciudadanos, que se colocó como tercera fuerza, logró 24.200 votos más y preservó su diputado. Unidas Podemos mantuvo su escaño, pese a perder 15.555 votos, y Vox obtuvo en Córdoba su vigesimocuarto diputado a nivel nacional (este escaño, arrebatado al PSOE, se logró en el minuto de descuento, con el 80% escrutado).

Como la previsión es que todos los partidos, salvo excepciones puntuales, repitan sus candidaturas, los diputados y los senadores electos el 28-A tendrán de nuevo que pasar por el trance de la noche electoral. En esa circunstancias estarán el ministro de Agricultura en funciones, Luis Planas, y Rafi Crespín, por el PSOE; Andrés Lorite, por el PP; Marcial Gómez, de Cs; Martina Velarde, de Unidas Podemos, y José Ramírez, de Vox. En la Cámara alta fueron designados senadores los socialistas María de los Ángeles Luna, Alfonso Muñoz y María Jesús Serrano; y, por el PP, el alcalde de Cabra, Fernando Priego.

De las 13 convocatorias generales celebradas en España, en diez de ellas resultó vencedor en Córdoba el PSOE, mientras que el PP lo hizo en las tres restantes (2016, 2011 y 2000). El año 2015 fue el año en el que se certificó el final del bipartidismo y la primera vez que los escaños en juego quedaron repartidos entre cuatro fuerzas políticas: PSOE, PP, Podemos y Cs. Ayer, los responsables de las formaciones en Córdoba valoraron la fallida investidura, con argumentos idénticos a los de sus líderes nacionales. Como saben en cuestiones electorales el déjà vu es un bucle eterno.