Desde antes que estallara la pandemia del coronavirus hay menores que, debido a las enfermedades que tienen o a problemas de salud que superaron y que les hacen seguir siendo de mayor riesgo si contraen una infección (entre ellas la causada por el covid-19), reciben enseñanza en sus casas por parte de la Delegación de Educación de la Junta.

María Ángeles Ruiz, de 14 años, alumna de segundo de la ESO del colegio Las Francesas, afronta desde hace 3 años una enfermedad oncológica, que no le ha impedido, como resalta su padre, esforzarse para ir sacando sus estudios. Después de la primera operación a la que se sometió en el hospital Reina Sofía, la especialista en Oncología Pediátrica, Elena Mateos, consideró que era más prudente que la niña no fuera al colegio de modo presencial y que recibiera mejor atención educativa domiciliaria.

Esta chica sí pudo ir el curso pasado al colegio, hasta que la pandemia interrumpió las clases presenciales en marzo. Sin embargo, durante el presente curso, debido a una serie de complicaciones que puede que la obliguen a pasar por el quirófano por tercera vez, la oncóloga ha valorado nuevamente que es mejor que María Ángeles siga el curso desde casa, con el apoyo de la profesora de educación domiciliaria. «Valoramos mucho la existencia del programa domiciliario y también que, en estos días, que nuestra hija se ha tenido que quedar ingresada en el Reina Sofía, cuente con el apoyo de los profesores del aula hospitalaria», recalca el padre de esta menor. Además, resalta a su vez la atención «excelente» del colegio de su hija, que está «muy pendiente de ella».

María Angeles Ruiz recibe atención domiciliaria por parte de la Junta.

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Carolina es una pequeña cordobesa de 6 años, que se está enfrentando también a una enfermedad oncológica. Sus padres han solicitado la atención educativa domiciliaria y, mientras tanto, ni la niña ni su hermano van al colegio. La madre de esta menor ha dejado de trabajar para poder dedicarse a sus hijos, principalmente de su pequeña, y ejercer de maestra mientras Educación aprueba su solicitud. «Tengo los libros y estamos siguiendo lo que hacen sus compañeros en clase. Mi hijo ha aceptado no poder ir al colegio, para evitar así poder sufrir un posible contagio y que exista la posibilidad de que traiga el virus a la casa», expone esta madre, que añade que le gustaría que hubiera una mayor implicación del profesorado y de las instituciones con casos como el de su hija, para que la enseñanza no se limite solo a una formación on line, sino que se adapte a la del resto de niños.

Carlos y Miguel son los dos hijos mayores de María Isabel y Carlos. Carlos cursa tercero de Infantil en el colegio Cruz de Juárez y Miguel, primero, pero no van a clase presencial, porque Carlos nació con una cardiopatía congénita y sus padres han preferido no correr riesgos, por la situación del covid. Sin embargo, gracias al apoyo de docentes del colegio de estos dos hermanos, como el de los profesores Raquel, Lola, Auxi y del director Salvador, así como el de una profesora que, de forma privada, imparte clases a los pequeños en su casa, Carlos y Miguel están siguiendo su curso. La única carencia es no poder estar en clase con sus compañeros y profes, a los que echan de menos. María Isabel, además de trabajar y de ejercer de madre también de Mario, el tercer hijo de esta familia, lleva a Carlos y a Miguel al campo y les enseña materias que no vienen en los libros, como que ahora es el otoño.

Carlos y Miguel siguen el curso desde su casa.

Por su parte, Pablo, de 8 años, y María, de 5, los dos hijos mayores de Amelia y José Rafael, sí están yendo al colegio, aunque ambos están trasplantados, y las extraescolares las hacen on line. La mascarilla la aceptan bien, porque estaban acostumbrados. Pero, en previsión de que puedan faltar al colegio más de lo normal este curso por un simple resfriado, Amelia se ha tomado una excedencia y no está trabajando. Y es que a los posibles riesgos del covid, se añade la cruda realidad de la conciliación familiar y laboral, que está obligando a que muchas familias hagan un sobreesfuerzo aún mayor que el de otros cursos.