¿Es necesario regular el uso de la bicicleta en Córdoba? ¿Conocen los ciclistas las normas de circulación? ¿Respetan los peatones y el resto de conductores a las bicis? ¿Sería conveniente establecer la obligatoriedad de la matriculación o la tenencia de seguro de responsabilidad y daños a terceros? ¿Es necesaria una ordenanza o el debate se zanjaría mejorando los carriles bici?

La normativa, ambigua e incompleta

A falta de reglamento municipal, los ciclistas en Córdoba deben atenerse al Reglamento General de Circulación que está en vigor. De hecho, apenas se ha regulado su tránsito en la ciudad y solo hay noticias de un bando de 1995 para la Promoción del uso de la bicicleta en Córdoba y de unas normas de regulación de movilidad en zonas restringidas al tráfico rodado del 2012. El concejal de Seguridad Ciudadana, Vía Pública y Gestión, Emilio Aumente, constata la preocupación por las incidencias derivadas de algunas malas prácticas ciclistas y la ambigüedad de los textos normativos. Por ello, la intención del Ayuntamiento era elaborar una ordenanza o normativa para clarificar estas lagunas, pero no podrá hacerlo hasta que no se apruebe el nuevo Reglamento de Circulación, que sufrió un informe desfavorable del Consejo de Estado, entre otras cuestiones, por la regulación que se hacía del transporte en bicicleta. Los ciclistas, en general, son proclives a la regulación, aunque rechazan que tuviera una mera finalidad recaudatoria. La Plataforma Carril Bici, informa Julian Blanco, reivindica a las administraciones que se promuevan antes las condiciones que permitan un uso seguro de la bici, mediante el calmado del tráfico motorizado y la mejora y respeto por parte del resto de usuarios de las infraestructuras específicas para la bicicleta.

Un debate demasiadoenconado

Ante la imposibilidad momentánea de elaborar una ordenanza, el Ayuntamiento pretende paliar las dudas y garantizar la seguridad vial en la ciudad a través de medidas de educación vial y medidas informativas, que, de dar resultados positivos, eliminarían la necesidad de imponer multas. "Lo ideal sería que socialmente se llegara a un acuerdo entre peatones y ciclistas, cuando se produce un conflicto de intereses entre ambos", dice Aumente. Se observa, sin embargo, que el debate peatón-ciclista o coche-ciclista es en Córdoba excesivamente enconado, frente a otros lugares en los que se afronta la cuestión de una manera más pragmática. Rafael Obrero, usuario de bicicleta, cree que "aunque poco a poco se va cambiando, sigue habiendo demasiados conductores anti-bici".

Las malas prácticas y las dudas más habituales

Circular por dirección prohibida o en sentido contrario, circular por las aceras o zonas peatonales, conducir con auriculares, o cruzar circulando por los pasos de cebra son las incidencias más comunes entre los ciclistas y que mayor inseguridad vial ocasionan a los peatones. Los dos últimos años, la Policía Local ha registrado 114 accidentes en los que se ha visto implicada una bici. Estos accidentes, de los que 18 han sido atropellos a peatones, ocasionaron 113 heridos leves y 4 heridos graves. Circular por la acera o por zonas peatonales es uno de los casos más claros de ambigüedad, ya que aunque el Reglamento de Circulación lo prohíbe, algunas ciudades como Sevilla han empleado distintas fórmulas para matizar dicha prohibición. En Córdoba, lo único que existía al respecto era el citado bando de 1995, en el que se permite la circulación por aceras o zonas peatonales si bien se observa que debe hacerse con velocidad moderada y siempre que no obstaculice el tránsito peatonal. Las normas aprobadas en 2012 no lograron eliminar las dudas sobre esta cuestión. "La bici debe ir por la calzada, pero se debería poder circular por la acera siempre que no hubiera carril bici y se fuera acompañado de niños", opina Rafael Obrero, "quizá en zonas peatonales como Cruz Conde, Concepción o Las Tendillas debería regularse el tráfico de bicis por tramos horarios". Desde la plataforma consideran que el espacio natural para el ciclista es la calzada y que si, excepcionalmente, se hiciera uso del espacio peatonal, debería respetarse la prioridad del peatón. Hasta la fecha, en Córdoba se ha actuado más en el sentido de facilitar el uso de la bici y buena prueba de ello es la escasez de infracciones impuestas por este motivo (apenas una decena al año), pero desde el Ayuntamiento se insiste en que la norma que prevalece es la de que en las aceras la preferencia es del peatón y que la circulación de bicis, que en determinadas zonas ha permitido el Ayuntamiento, debe hacerse respetando esa prioridad. Otra de las prácticas que reivindican los ciclistas y que de hecho se permite en algunas ciudades es circular por sentido contrario cuando la calzada tiene ancho suficiente. En Córdoba, tampoco está permitido, aunque se han puesto pocas multas. La Policía Local ha realizado este año 11 controles, en las calles Capitulares y San Pablo, para informar a los ciclistas de la infracción que estaban cometiendo. Los agentes comprobaron que "la simple advertencia disminuía considerablemente las infracciones". Pese a ello, este año se han puesto 4 denuncias en Claudio Marcelo; 1, en Capitulares, y 2, en San Pablo.

Una infraestructuradeficiente

El concejal Emilio Aumente reconoce que la seguridad ciclista depende fundamentalmente del estado de los carriles bici y de su interconexión y que su falta de mantenimiento es responsabilidad del Ayuntamiento. Desde hace meses está pendiente la aplicación, por parte de la Junta, del Plan Andaluz de la Bicicleta, que en Córdoba debía haber invertido 11 millones de euros y creado 31,6 kilómetros nuevos de carril. De momento, el documento ha quedado aparcado, lo que ha provocado ya la reacción de los ciclistas, que preparan para el próximo domingo una marcha de protesta.