María Luisa Regadera, una joven de Fuente Palmera de 32 años, se levanta todos los días con la esperanza de que su hijo Marcos, que estuvo 117 días hospitalizado en la UCI neonatal del hospital Reina Sofía y que ha tenido que volver a quedarse ingresado por una bronquiolitis, pronto vuelva a casa. Con motivo del día mundial del prematuro, María Luisa, que prácticamente ha vivido en el Materno Infantil durante los últimos cuatro meses y medio, participó ayer en un acto organizado por el Reina Sofía, que consistió en una jornada de convivencia y actividades con las familias. En el Reina Sofía, uno de cada diez niños que nace es prematuro (viene al mundo antes de las 37 semanas de gestación o con bajo peso).

El 22 de junio, con apenas 30 semanas, nacieron en el Reina Sofía los gemelos de María Luisa, Marcos y Mateo. Marcos pesó solo 800 gramos y Mateo, 1.200 gramos. El gemelo más grandecito recibió el alta el 3 de agosto, tras 42 días en el hospital. «En la semana 22 me comunicaron en una revisión que Marcos crecía a inferior ritmo que su hermano. En la semana 28 me detectaron preemclampsia, estuve 10 días ingresada y me tuvieron que hacer la cesárea. Durante los 4 meses que Marcos estuvo primero ingresado, estuve yendo y viniendo a diario a Fuente Palmera, porque tengo otro hijo, Lucas, de 2 años, que también requería de mi atención. Ahora, en este segundo ingreso de Marcos, nos turnamos mi marido y yo», relató María Luisa. De esta larga hospitalización de su pequeño en el Reina Sofía, esta joven, a pesar de pasar días mejores y peores, guarda buen recuerdo de la atención sanitaria recibida y de las amistades que se forjan con las familias de otros bebés prematuros.

La misma percepción tiene Gema Arenas, de 26 años, cuya hija Leyre nació el 11 de mayo, de casi 32 semanas, también en el Reina Sofía. «Todo fue muy rápido. Se me rompió la bolsa comiendo. Parte del mes y medio que mi hija estuvo ingresada me quedé en el hotel de madres del hospital para descansar y estar cerca de mi hija. Ahora está enorme. Tan pequeña que nació, con 1.476 gramos. Es un sueño que esté tan bien», expuso Gema.

María Luisa regadera, mamá de Mateo y Marcos.

Gema Arenas, con su hija Leyre.

Familiares de menores nacidos prematuros en el Reina Sofía y profesionales del hospital, en el acto de ayer. Fotos: JUAN NÁJAR