El voluntariado de Cruz Roja empieza hoy a repartir entre las personas sin hogar de la ciudad ropa de abrigo que les permita protegerse ante el drástico descenso de las temperaturas experimentado en los últimos días. Además de la habitual entrega de comida y bebida reparadora, el personal de la Unidad de Emergencia Social ofrecerá a la población sin techo prendas invernales tales como gorros, guantes, calcetines, polares, chubasqueros y bufandas. «Como hicimos en noviembre, en estos momentos de frío más intenso tratamos de ofrecer un apoyo especial a este colectivo. Porque si bien todo el año resulta muy duro no tener un techo bajo el que cobijarse, en esta época del año vivir a la intemperie es especialmente difícil», recuerda Beatriz Arce, responsable técnica de la unidad.

Dicho dispositivo, formado solo por voluntarios, recorre tres noches a la semana la capital. Este recurso sirve además de enlace para integrar al colectivo de personas sin hogar en la red de asistencia normalizada, con objeto de promover su inclusión en la sociedad. En sus últimas salidas, Cruz Roja ha atendido a unas 40 personas que viven en la calle, cifra inferior a las alrededor de 70 de finales de año por el aumento de recursos municipales por la ola de frío.