El pasado 6 de junio se produjo el cambio de rotulación de la calle Cruz Conde por el de Foro Romano tras una amplia polémica durante el mandato municipal que está acabando, que también se trasladó a otras vías públicas de la ciudad. La modificación del rótulo de la calle Cruz Conde no es una polémica reciente, sino que hace casi 90 años generó un amplio debate en la ciudad cuando aún no se había producido el golpe de estado militar de Franco.

En aquel periodo, España y Córdoba estaban cerrando la dictadura que culminaría en abril de 1931 con la proclamación de la Segunda República. Se produjo una creciente politización de muchos periodistas y la Córdoba de los inicios de los años treinta estaba marcada por problemas como el paro forzoso, las grandes diferencias sociales existentes, la gran dependencia laboral del sector agrario o las altas tasas de analfabetismo de la época. En la política, la influencia de los Cruz Conde se diluiría con la dimisión de Primo de Rivera. Muchos periodistas asumieron en los últimos años de la Restauración un creciente compromiso político.

En aquellos años, un grupo de intelectuales cordobeses protagonizaron un acto público con el que denunciaron que José Cruz Conde tuviera una calle en la ciudad. Joaquín García Hidalgo, Fernando Vázquez Ocaña, Enrique Moreno El Fenómeno y Antonio Hidalgo Cabrera rechazaron la rotulación de esta calle al considerar que José Cruz Conde estaba unido a la dictadura de Primo de Rivera. Precisamente, el periódico La Voz, vinculado a la familia Cruz Conde, recogería en una carta de Juan Cruz Conde y en una breve información el acto por el que intentaron destruir el rótulo de la céntrica calle: «Pretenden destruir el rótulo que da nombre a la calle de Cruz Conde. Próximamente a las cuatro de la madrugada de hoy se ha desarrollado en la calle de Cruz Conde un suceso incalificable, que ha sido comentado durante todo el día de hoy, mereciendo la más enérgica repulsa de todo buen cordobés. Los guardias de Seguridad números 17 y 9 sorprendieron en la citada calle a don Joaquín García Hidalgo, don Antonio Hidalgo Cabrera, Enrique Moreno Rodríguez y Fernando Vázquez Ocaña, cuando estaban destruyendo el rótulo que da a la misma el nombre de José Cruz Conde. Los citados señores fueron denunciados en la Comisaría, manifestando el señor García Hidalgo que él había sido el autor del hecho. El suceso, como decimos, está siendo hoy objeto de todos los comentarios, siendo todos ellos condenatorios para los autores del atentado». La noticia fue publicada en La Voz el 11 de mayo de 1930.

Los cuatro protagonistas de la información contestarían a esta noticia publicando una carta en el citado periódico upetista en el que dieron su versión el 14 de mayo: «Don Joaquín García Hidalgo, don Enrique Moreno, don Fernando Vázquez y don Antonio Hidalgo no fueron detenidos la noche del viernes, sino simplemente sorprendidos por una pareja de guardias de Seguridad, cuando, con el concurso de dos individuos del ramo de construcción, contratados al efecto, empezaban a dar satisfacción a un deseo vehemente de Córdoba, que considera un baldón, ver afrentada su faz con tres nombres representativos de un periodo ominoso y trágico de la Historia de España».

En la carta decían que acompañaron a los guardias a la comisaría para explicar por qué llevaron a cabo esa acción. Además, señalaron que no apedrearon el rótulo, sino que emplearon un martillo y una barra. Además, insistían en la carta en los motivos por los que rechazan que una calle de Córdoba lleve el nombre de José Cruz Conde: «No se trataba tampoco de una juerga, sino de una cosa seriamente preconcebida en muchos días de informarnos de los desmanes cometidos por la Dictadura en Córdoba y de ver pasearse tranquilamente personas incursas en tan graves cargos, que de ellos se deriva una activa intervención judicial y como posible consecuencia la inhabilitación o la cárcel».

García Hidalgo, condenado

Tras lo sucedido, y al atribuirse la responsabilidad Joaquín García Hidalgo, este fue condenado a una multa de 36 pesetas, tal y como se recoge en la carta enviada al alcalde de Córdoba por Antonio Hidalgo, Fernando Vázquez y Enrique Moreno para tratar de evitar la sanción: «Ilustrísimo Sr. Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Córdoba. D. Antonio Hidalgo Cabrera, D. Fernando Vázquez Ocaña y D. Enrique Moreno Rodríguez, todos mayores de edad, y vecinos de Córdoba, a V.I. como sea más procedente en derecho decimos: que don Joaquín García Hidalgo ha sido condenado por el Juzgado Municipal de la Izquierda de esta capital al pago de una indemnización de 36 pesetas, en que fueron tasados los daños causados en el rótulo que da nombre a una calle de esta capital; y como resulta que dicho rótulo con otros dos, que figuran en nuestro callejero, son un baldón para Córdoba, por representar un periodo de ilegalidad, y que el Excmo. Ayuntamiento habrá de tomar el acuerdo de reemplazar dichas rotulaciones, por deber de ética ciudadana, no sería eficaz el pago de la referida indemnización, por cuanto no habría lugar a la reparación del daño, a cuyo fin se aplica aquella. En su virtud: Suplicamos a V.I. que previos los trámites de rigor se sirva cancelar la aludida indemnización, dada la improcedencia que se alega en el cuerpo de este escrito...». Esta carta está fechada el 28 de mayo de 1930.

La actuación contra la placa también fue recogida en La Defensa, periódico socialista de Baena, que exaltó la lucha de Vázquez Ocaña contra los restos de la dictadura y la rotulación de la calle a José Cruz Conde: «Al fin... Para demostrar que el intento de anular ciertas placas, que en números anteriores asentamos, eran ya algo atentatorio al espíritu democrático de Córdoba, no obedecía a expansiones de juerguistas, como quiso dar a entender uno de los Cruz Conde, el Ayuntamiento de la capital acordó imponer el nombre de Málaga a la calle del perilustre don José, y aun se piensa sustituir la rotulación de las de Primo de Rivera y de 13 de Septiembre. Como se ve, nuestro entrañable amigo y paisano Fernando Vázquez y compañeros de redacción en Política, fueron mentores del Ayuntamiento cordobés...». El nombre de Cruz Conde se mantendría en el callejero.

Lo sucedido en mayo de 1930 pasó al olvido durante el franquismo, aunque ahora vuelve a la actualidad tras el cambio de rotulación de la citada calle acordado por el Ayuntamiento, que seguro seguirá dando que hablar.