La delegada del Gobierno andaluz en Córdoba, Rafi Crespín, advirtió ayer de que Andalucía no se quedará de «brazos cruzados» por los presupuestos destinados por el Estado a esta región, --de hecho se está estudiando su posible impugnación--, e instó a «levantar la voz» contra unas cuentas que «generan decepción, no dan cobertura a las necesidades y generan mucha incertidumbre y desconfianza empresarial». En este sentido, la responsable socialista exigió al Gobierno de la Nación que se replantee estos presupuestos que «no defienden los intereses ni de Andalucía ni de Córdoba».

En su comparecencia de ayer, Rafi Crespín no escatimó adjetivos para unos presupuestos «decepcionantes», «discriminatorios», «inmerecidos», «que llegan tarde y mal», «partidistas» y que «lo único que consolidan son los recortes y un modelo social injusto», dijo.

La delegada del Gobierno andaluz en Córdoba recordó que se pierde un 36,6% en inversión en general y que las provincias especialmente perjudicadas son Málaga, Almería y Córdoba, «que están a la cola de España». Para Crespín, este documento político demuestra que Andalucía no es una prioridad para el PP, «y menos aún Córdoba». «Ni tenemos unos presupuestos justos, ni financiación, ni plan de empleo, ni compensación territorial», denunció la delegada, para quien estos presupuestos «lastran la falta de oportunidades y de empleo».

También se refirió al sector de la construcción y recordó que en Los desayunos de CÓRDOBA la patronal reclamó más ayuda de las administraciones precisamente para uno de los sectores más castigados por la crisis.

Respecto a proyectos concretos, la delegada del Gobierno lamentó que no exista partida alguna para el Cercanías de Córdoba (fase 1 o tramo urbano del cercanías entre Villarrubia-Alcolea); de la Ronda sureste de Córdoba, Crespín denuncia que solo se destinan 3,79 millones para pagar expropiaciones, pero no aparece partida alguna para la obra en sí; la Variante de los Visos ni para la Biblioteca de los Patos.

Por último, Rafi Crespín considera que las cuentas del Estado «tiran por tierra y nadie ya cree en la recuperación de la que habla el presidente del Gobierno, ya que ni ayudan a la familia ni a converger».