La irrupción de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid-19 ha tenido un impacto directo en la actividad de las administraciones, obligadas durante el estado de alarma a suspender la atención presencial y sustituirla por el teletrabajo. La atención a las personas dependientes no ha permanecido ajena a esta realidad y aunque los servicios básicos se han mantenido, otros como la atención en los centros de día y las incorporaciones a residencias no se han llevado a cabo durante meses.

La comparativa del número de beneficiarios previos a la pandemia, de finales de febrero a finales de junio, últimos publicados por el Sistema de Atención a la Dependencia de Andalucía, reflejan la caída en el número de personas atendidas en la provincia de Córdoba, que han pasado de 23.170 a 22.943, pese a que el número de valoraciones realizadas ha descendido levemente, pasando de 38.834 a 38.599 en junio.

Actualmente, 12.488 cordobeses están en lista de espera, de los cuales 5.075 aguardan su turno para que les sea realizada la valoración correspondiente y se le asigne su plan de atención individualizado y otros 7.413, que ya tienen el derecho reconocido, están pendientes de disfrutar la prestación correspondiente. Si analizamos los distintos tipos de prestaciones existentes, desde que empezó la pandemia han descendido en Córdoba el número de personas con teleasistencia (de 9.731 a 9.566), la cifra de beneficiarios de ayuda a domicilio (de 10.425 a 10.412), los usuarios de centros de día y noche (de 1.385 a 1.314), los que están en residencias (de 3.265 a 3.258), las prestaciones económicas vinculadas al servicio (de 408 a 387). Solo se mantiene el número de prestaciones económicas para cuidadores, que sigue siendo el mismo, 5.940 personas, ni una más ni una menos que hace cinco meses.

Fuentes de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, confirman que el primer semestre del 2020 se ha visto marcado por la crisis sanitaria, destacando que durante el estado de alarma, la prioridad ha sido «garantizar la prestación de los servicios y mantener el empleo en el sector, en un contexto de evitar el contagio entre una población declarada de riesgo». Señalan que «el ritmo de crecimiento del sistema de dependencia se ha frenado, lo que ha afectado a los ritmos de tramitación del procedimiento de dependencia», si bien asegura la Junta que «el inicio de la recuperación ha empezado en mayo, con la desescalada, cuando se han recuperado las visitas domiciliarias para retomar las valoraciones de la situación de dependencia y la elaboración de los programas individuales de atención». Entre mayo y junio, el número de beneficiarios ha aumentado en Córdoba en 132 personas, destacan.

La pandemia no ha hecho más que agravar la larga espera de muchas familias, que se quejan principalmente de que la calidad de vida de sus mayores (el 76% de los usuarios de dependencia tienen más de 65 años de los cuales la gran mayoría tienen más de 80) empeora por momentos e incluso mueren mientras la esperan.

La presidenta de la Asociación Cordobesa de de Residencias y Estancia Diurna (Acued), Antonia Gutiérrez, explicó ayer que desde principios de junio se ha notado una reactivación importante de la actividad relacionada con las valoraciones de personas dependientes, por lo que se están empezando a resolver rápido. «En las residencias de nuestra asociación, que no han tenido ningún contagio hasta el momento, empieza a haber rotación en las plazas concertadas y hay lista de espera en las privadas», señala.

También ha indicado que aunque desde el pasado 7 de julio se permiten las visitas con todas las medidas exigidas como uso de mampara y distancias de seguridad así como las salidas cortas con familiares, hay aún mucho miedo a posibles contagios «sobre todo, ahora que en Córdoba se están registrando rebrotes», por lo que la mayoría prefiere que no salgan. Según Gutiérrez, «en mayores con demencias o Alzheimer, por ejemplo, es un riesgo que salgan a la calle porque no les gusta la mascarilla y se ponen en riesgo»