Hablar de sexo en tiempos de pandemia mundial y confinamiento no es ninguna frivolidad. «El sexo, además de aportar placer, diversión y evasión del bombardeo continuo de noticias negativas, es una herramienta para fortalecer los vínculos, la complicidad con el otro y para conocernos a nosotros mismos y mejorar nuestra autoestima». Quizás haya que empezar por ahí para abordar sin tapujos una realidad que ya es objeto de investigación de la Academia Internacional de Sexología Médica. Bien llevado, el sexo puede ser un aliado para aliviar el estrés asociado al encierro que vivimos. Antes de ofrecer ningún consejo para estimular el deseo, la psicóloga y sexóloga Laura Marcilla advierte de que «es normal que la situación actual nos afecte y nos haga sentir menos activos sexualmente, por lo que no hay que sentirse frustrado si los trucos no surten efecto».

Tampoco hay recetas mágicas que sirvan a todo el mundo. «No todas las parejas están preparadas para mejorar su sexualidad pese a estar mucho tiempo juntas», explica Manuel Lucas, sexólogo y presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología. «Hay parejas que están rotas para las que tener que convivir de forma tan intensa y en un momento tan complicado puede ser el detonante para acabar de romper lo que ya estaba dañado», señala. Por eso plantea «recurrir a terapias de pareja telefónicas o vía on line y trabajar tranquilamente cuestiones que a veces se dejan aparcadas por falta de tiempo».

Organizar citas en casa y respetar el espacio del otro

Si no es el caso y coinciden bajo el mismo techo dos personas en buena sintonía, el confinamiento puede servir para profundizar en la relación de pareja, haya niños o no en casa. Los sexólogos recomiendan buscar momentos de intimidad donde mantener el ritual de la seducción. «Es buena idea irse a dormir al mismo tiempo y dedicar un rato a los afectos, las caricias... organizar citas en casa y vestirnos con una ropa especial (el pijama perenne puede causar estragos) para una cenita romántica, poner música y bailar, ver una película más o menos erótica, cocinar una receta juntos o jugar a algo que podamos compartir», sugiere Marcilla. Es muy importante «respetar la necesidad de espacio propio y no estar 24 horas pegados porque eso puede llevar al hartazgo más que estimular el deseo». Esa precaución se aplica también a las parejas que pasan el confinamiento separadas, muchos de ellos jóvenes. «A ciertas edades, pasar tantos días sin ver al otro puede ser un mundo, por eso hay que buscar un espacio donde estar solos y compartir un rato de intimidad, sin olvidar que comunicar más no es comunicar mejor y que echarse de menos es muy sano», señala.

En esta coyuntura, los expertos consideran el sexo telefónico una opción saludable y libre de contagio, al tiempo que animan a hacer uso de las nuevas tecnologías «sin que se conviertan en una forma de control camuflado de la pareja». El sexting (envío de imágenes eróticas) es una práctica estimulante, pero «no hay que enviar nunca fotos o vídeos donde se nos vea la cara, piercings o tatuajes que nos identifiquen». El sexo on line, que, según los expertos, ayuda a desarrollar la imaginación, la fantasía sexual y la creatividad, gana enteros desde que empezó el estado de alarma. No en vano, el uso de las apps de ligue como Tinder se ha disparado, sustituyendo los encuentros en persona por videollamadas o chats.

Hacer uso de juguetes sexuales puede ayudar a despertar el deseo durante la cuarentena, en pareja o solos. Carmen Jurado, sexóloga del hospital Reina Sofía, cree que la moda del Satisfyer, «que no convence a muchas mujeres que ya tenían conocimiento de otros juguetes eróticos», va a ayudar, sin embargo, a que durante el confinamiento «se hable mucho más de la sexualidad femenina, de la masturbación y del uso de juguetes sexuales. El Satisfyer ha hecho que este tema salga del armario». Según Jurado, que recomienda la lectura de la Guía para disfrutar más allá del coito de Platanomelón, donde se dan muchos consejos para combatir el coitocentrismo, «es un buen momento para hablar con la pareja de lo que nos gusta en la cama y también para explorar en solitario».

El autoerotismo, que abarca la masturbación y otras prácticas placenteras, como tomar conciencia del esquema corporal propio o reconciliarnos con las partes del cuerpo que rechazamos... es una herramienta fantástica en un momento como este en el que hay lugar para la reflexión. Marcilla propone como ejercicio configurar un mapa erógeno de nuestro cuerpo. «Se trata de dibujar nuestra silueta y explorar nuestro cuerpo apuntando qué zonas son las más reactivas y sensibles más allá de boca, cuello, genitales, pecho y culo».

Estudio sobre Sexualidad en el aislamiento por civid-19

Manuel Lucas es uno de los sexólogos españoles impulsores del estudio Sexualidad en el aislamiento o confinamiento por covid-19, en el que ya han participado unas 3.500 personas de habla hispana de todo el mundo, y que pretende «comprender los cambios generados en la sexualidad debidos a esta etapa de confinamiento para poder plantear estrategias que sirvan para lidiar con las repercusiones presentes y futuras de esta situación». Según Lucas, se trata de un estudio longitudinal, que analizará la evolución de los cambios en la sexualidad, el estado anímico o la vida de pareja que se produzcan a lo largo del proceso de confinamiento.

A la espera de resultados, Lucas, que hace mucho hincapié en tomar medidas de precaución contra el contagio si hay síntomas de la enfermedad, cree que el confinamiento puede estimular el deseo si nos dedicamos «tiempo para jugar». «Las personas hipocondríacas tendrán difícil estimular su deseo sexual en un escenario marcado por el miedo al contagio», explica, «pero este es un buen momento para conocerse a uno mismo y al otro (si lo hay)». En su opinión, «hay muchas cosas sencillas que no hacemos por el ritmo de vida que llevamos como mirarnos, estimularnos, masajear, hacer ejercicios de bioexpresión, de ritmo corporal... que ayudan a mejorar el deseo». A partir de ahí, que cada cual busque su camino.