Aunque están empezando a llegar a Córdoba equipos de protección individual y mascarillas que ha adquirido la Consejería de Salud y se anuncia que llegarán más para ser utilizados por los profesionales sanitarios, muchos de estos trabajadores llevan semanas trabajando bajo mucha presión y sin esos elementos preventivos. Algunos de estos efectivos de la sanidad, de muy distintas categorías, coinciden en que, desde que empezaron a asistir a pacientes con coronavirus o sospecha de contagio, han pasado de la «preocupación» y «miedo» ante una infección que, en principio parecía que no iba a tener tantas consecuencias, al «pánico», al no sentirse protegidos y comprobar además el alto porcentaje de contagio existente entre sanitarios por no contar con las medidas de protección adecuadas. Y el tercer paso en el que se encuentran ahora es el de la «aceptación» de que tienen que seguir trabajando, porque se deben a los pacientes, a pesar de no contar con los equipos adecuados.

Fuentes del CSIF apuntaron ayer que profesionales que están trabajando en algunas de las unidades Covid del Reina Sofía, donde se atienden estos casos, no disponen muchas veces de los equipos de protección individual adecuados, sino que en su defecto los sanitarios se protegen con dobles batas de plástico, con bolsas de basura, calzas usadas como gorros, empapadores o mascarillas quirúrgicas básicas. Estas fuentes añadieron que los equipos se dan «con cuentagotas, de ahí que no dejen de reclamarse donaciones». CSIF denunció a su vez que existe cierto descontrol en el seguimiento de los sanitarios que dan positivo, porque una trabajadora, al saber que tenía coronavirus, tuvo que llamar a Medicina Preventiva, que no conocía su caso y no le estaba llevando el seguimiento.