Tiene 39 años, es enfermera en el consultorio de Alcolea lleva desde el viernes aislada en su casa, con su marido y su hijo, después de que el test de coronavirus que le fue practicado diera positivo. "No me querían hacer la prueba porque tenía síntomas leves, pero nos empeñamos porque no quería irme a casa con la duda, por si se lo pegaba a alguien más", explica, "deberían hacer pruebas al menos a todos los profesionales para frenar el contagio porque podemos poner en riesgo no solo a nuestras familias sino a los usuarios". Desde que dio positivo, está aislada en una habitación y solo ve de lejos a su hijo pequeño con mascarilla. "Lo más duro de esto es no poder estar con mi hijo", afirma. Su marido, que estaba trabajando cuando ella dio positivo, fue también aislado en cuarentena por si estaba contagiado, aunque ni él ni el niño presentan síntomas hasta el momento. Afortunadamente, no ha tenido contacto con personas mayores de su familia. "Desde que empezó la cuarentena, no he visto a mi familia, mi madre está muy preocupada pero ya le he dicho que estoy bien".

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El miércoles pasado por la tarde empezó a sentir "el cuerpo raro", recuerda, "pensé que igual estaba cansada por todo lo que estaba pasando", al día siguiente sintió que tenía escalofríos y se levantó con fiebre, así que "tuve claro que lo había pillado, yo soy una persona que nunca me pongo mala ni me resfrío, así que pensé que tenía que ser coronavirus", sentencia. Finalmente, consiguió que le hicieran la prueba y el viernes le confirmaron el positivo. Durante el fin de semana, ha tenido fiebre, pero hoy asegura que se encuentra bastante mejor. "Estoy cansada, son los síntomas de una gripe, cuando te duelen las articulaciones y no puedes tirar de tu cuerpo, pero no he tenido tos ni problemas respiratorios, solo alguna taquicardia que no sé si está relacionada o no".

Según relata, "hay falta de material de protección, tenemos mascarillas con cuentagotas, no teníamos gel hidroalcohólico, pero sobre todo, echamos en falta una mejor organización para evitar más contagios". En su centro de salud, ya no es ella la única con síntomas. "Una compañera también está con fiebre aislada en casa y a la espera de los resultados", explica. De momento, no sabe cuándo volverá a incorporarse a su puesto. "Los protocolos están cambiando todo el tiempo, en principio, se supone que tendría que estar 14 días aislada antes de volver a trabajar, pero aún no está claro".