Galina Bandazhevskaya y Alexei Nesterenko son dos liquidadores de Chernóbil e investigadores que se encuentran en Córdoba, invitados por la asociación Anida.

-¿Cuál es el motivo de su presencia en Córdoba?

-Alexei Nesterenko (A.N.). Hemos venido invitados por la asociación Anida, con la que llevamos colaborando muchísimos años. La meta principal de nuestra visita es subrayar de nuevo los problemas ecológicos que existen en Bielorrusia actualmente y el respaldo que nos está prestando la asociación Anida en este tema.

-¿Cuál es el problema?

-A.N. A pesar de que han pasado 33 años desde que estalló la central nuclear, no se encuentra la solución para eliminar el acceso de los productos contaminados a los niños, como la comida. Pero no existe solución en nuestro país.

-¿Y cuál es la solución?

-A.N. Una de las soluciones es la actividad que organiza la asociación Anida con la acogida de niños bielorrusos en familias españolas que puedan proporcionales unos alimentos limpios, que pueden venir aquí tomar el sol, respirar aire limpio y por un tiempo quitarles del ambiente contaminado, por uno o dos meses. Al regresar los niños a Bielorrusia se hacen mediciones en el instituto Belrad para evaluar el efecto saludable de su estancia en España.

-¿Hay valores significativos de disminución?

-A.N. Sí. Los índices varían del 30 al 50% de reducción en la actividad específica del cesio 137, que es el que se acumula más en el cuerpo, y con estas actividades vacacionales se logra minimizar los efectos, sobre todo de los niños.

-¿Encuentran la suficiente colaboración del gobierno de su país?

-Galina Bandazhevskaya (G.B.) Se dan soluciones a una serie de problemas. Estamos curando a niños pero los factores que están provocando estas enfermedades continúan. Uno de los factores preventivos son los reconocimientos médicos anuales que se hacen a todo niño entre 0 a 18 años. Y una de las cosas obligatorias que se hacen a los que van a entrar en Primaria es la ecografía cardiaca y el electrocardiograma.

-¿Cuál es la situación actual de los liquidadores?

-A.N. Están quedando muy poquitos liquidadores.

-G.C. Conozco a una familia en la que el marido fue liquidador y lleva más de diez años luchando para que le den el reconocimiento del Gobierno sobre la enfermedad que tiene actualmente, que está estrechamente vinculada y es consecuencia de aquel acto. Él fue allí a trabajar cuando el accidente de Chernóbil y un comité de reconocimientos médicos le dice que eso no se puede relacionar con ninguna de las actividades que hizo allí. Fueron a juicio al Tribunal Supremo para obtener el status de liquidador. Te piden comprobar que se ha estado allí y que la enfermedad no está causada por otros factores.

-¿Están encontrando colaboración en Córdoba?

-A.N. Hace muchos años que vine a Córdoba por primera vez. En la última ocasión, cuando fuimos a la calle Héroes de Chernóbil, se me saltaron las lágrimas de emoción, porque mi padre y otros liquidadores, que hicieron muchas cosas buenas para Rusia, no tuvieron este honor de que una calle llevara el nombre de un liquidador. En Córdoba existe la única calle del mundo con el nombre de estos héroes. Estoy muy agradecido al Ayuntamiento, a la ciudad y a Anida. España no es ni mucho menos el país más rico de Europa, pero aquí viven personas con un gran corazón. Es muy apreciable lo que se está haciendo por parte de los españoles.

-Anida Córdoba les ha propuesto para el premio Princesa de Asturias en el apartado de Concordia, ¿cómo lo valoran?

-A.N. Es un placer colaborar con Anida. Tenemos un entendimiento muy estrecho con ellos. A lo largo de 20 años hay numerosas familias hispanobielorrusas, que se han formado como resultado de la acogida de los chicos en las familias. Más todas las actividades humanitarias, pues no se limitan únicamente a las acogidas. Fueron muchas personas las que realizaron esta hazaña de ir allí y jugarse su vida por el bienestar de sus hijos. Fue un millón de personas de diferentes partes de la Unión Soviética los que participaron como liquidadores y de ellos, 800.000 han fallecido y los pocos que quedan se merecen este reconocimiento. Esta gente previno la contaminación en Europa realizando trabajos en la cúpula.

-Con la experiencia dramática de ustedes, ¿qué energía utilizarían?

-A.N. Descartamos la energía nuclear desde el principio. La humanidad siempre está descontenta y buscando lo perfecto. En Alemania lograron grandes avances en energías limpia, con placas solares y energía eólica. Actualmente, en Alemania, hay mucha gente que está en contra de los molinos eólicos y de las placas. A algunas personas les molesta el ruido de las hélices, o la pérdida de la superficie agrícola, aunque son mejores que la nuclear o de combustibles fósiles. Hoy los jóvenes realizan en numerosos lugares las concentraciones de los Viernes por un futuro limpio, pidiendo la protección del clima. Es una señal muy clara para los que somos mayores. Espero que cuando nuestros adolescentes sean mayores inventarán otro tipo de energía más sofisticada.