Córdoba cuenta con al menos ocho planes urbanísticos de gran calado que avanzan con dificultad o que se encuentran atascados, algunos incluso durante más de un lustro. Entre ellos, hay innovaciones del PGOU que están dando pasos pero que en su largo recorrido encuentran obstáculos que retrasan su aprobación definitiva, como la que persigue la construcción de un centro comercial en Rabanales 21 y la que pretende ubicar fuera del casco urbano las industrias que deseen valorizar residuos para su uso como combustible alternativo y que repercute en Cosmos. El primero ha tenido diversas vicisitudes y está en la fase de resolución de alegaciones del texto refundido, tras la que continuará su tramitación. El segundo necesita un informe sobre salud en el que está ahora atascado, aunque con posibilidad de solución.

Hay planes que fueron polémicos cuando echaron a andar y que llevan años parados a pesar de la voluntad de reactivarlos mandato tras mandato. En esa situación están los planes Alcázar-Caballerizas, que no cumplía con las expectativas del mundo ecuestre, y de la Sierra, que decepcionó a los residentes en las parcelaciones. Urbanismo dejó aparcado el primero amparándose en su coste y anunció que iba a retomar el segundo, que no ha dado pasos.

Un plan que lleva una tortuosa trayectoria es el de la carretera de Palma, que sienta las bases para legalizar las naves de la antigua Colecor. Su segunda versión está recurrida al Supremo y Urbanismo ya ha dicho que no hará nada hasta tener sentencia firme. Desde el 2006 hay otro plan, el del Arenal de la Fuensanta, aprobado y sin desarrollar. Un año después, en el 2007, echó a andar una innovación para legalizar parcelaciones de Poniente que está estancada.

A estos planes urbanísticos se suman dos especiales, el de infraestructuras eléctricas y el de recogida neumática de basura, diseñados antes de la crisis y afectados por ella. Aunque avanzaron algo, no han culminado. El Ayuntamiento ya ha anunciado que reactivará el de basura.