La ciudad de Córdoba suspendió ayer la celebración de las procesiones de Semana Santa por la crisis sanitaria generada por el coronavirus, una situación que no se producía desde 1934, según indicó el historiador Juan Aranda Doncel. El alcalde de Córdoba, José María Bellido, y el obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández, después de diversas conversaciones mantenidas durante la mañana, decidieron «suspender la celebración de estaciones de penitencia en Córdoba durante la Semana Santa», una decisión que se adoptó «tras consultar con la autoridad sanitaria competente, la Consejería de Salud y Familias de la Junta, que ha recomendado la adopción de medidas de suspensión de eventos que supongan una concentración importante de personas como es la celebración de procesiones durante Semana Santa».

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A través de un comunicado, desde el Gobierno municipal se destacó que «este acuerdo pone fin a la incertidumbre sobre la viabilidad de celebrar los desfiles procesionales de la Semana Santa de Córdoba 2020». El comunicado añadía que «Ayuntamiento y Obispado entienden que esta es una medida dolorosa, pero que se justifica por la situación actual, y confían en que sea entendida por la inmensa mayoría de cordobeses».

También señalaba que el acuerdo «pone en primer lugar la salud pública y el interés general para hacer frente a la evolución de los casos de coronavirus y frenar en la medida de lo posible su avance, conforme a las indicaciones y escenarios manejados por la autoridad sanitaria».

Por su parte, el obispo destacó, a través de un comunicado publicado en la web de la diócesis, que «viendo la situación, y ateniéndonos a las indicaciones que nos hacen las autoridades sanitarias, como buenos ciudadanos queremos contribuir solidariamente a la no expansión del virus y ayudar en lo que podamos».

La decisión rondaba desde hace días por el mundo cofrade, si bien fue en la mañana de ayer cuando quedó confirmada tanto por el Ayuntamiento como por la Agrupación de Cofradías, cuyo presidente, Francisco Gómez Sanmiguel, declaró que «a pesar de ser la decisión más dura que ha tomado en su mandato, hay que ser conscientes de la responsabilidad que tenemos en este asunto». Una decisión tomada «buscando el bien común algo que va en la idiosincrasia de las cofradías». Gómez Sanmiguel concluyó diciendo que este año no habrá pasos en la calle, pero «la Semana Santa, litúrgicamente, sí se celebrará», invitando a los cofrades, aunque sea en sus casas, «a celebrar la pasión, muerte y resurrección de Cristo».

Ante esta suspensión, todas las cofradías consultadas apelaron a la «sensatez», considerando que es «algo necesario y prudente» para el bien común.

Mucho menos esperanzadores son los proveedores de la Semana Santa, sobre todo los floristas que es lo último que se suele servir. El sector califica esta situación de «desastrosa», puesto que la mayoría de las cofradías han anulado los pedidos de flor previstos para este año.

Así lo reconoce Rafael Barón, gerente de la floristería Los Patios, al que se le han caído siete hermandades a las que tenía que montar las flores de los pasos esta Semana Santa que no se va a celebrar.