Con dibujos de peces (en honor a Gabriel) y fotos de las personas desaparecidas, decenas de cordobeses se concentraron ayer en el bulevar del Gran Capitán para «honrar la memoria de tantas víctimas que han caído a manos de asesinos criminales», como el reciente caso del pequeño Gabriel Cruz. Las organizadoras, cinco mujeres cordobesas, querían también con este acto «recordar a todas las personas que siguen desaparecidas» y pedir que «las familias tengan más apoyo y se les escuche, merecen ser oídos».

En la concentración estaban presentes familiares de las personas desaparecidas sin causa aparente en la provincia de Córdoba, siete casos en la actualidad, según señalaron, «siete tragedias para sus familias y para todo su entorno», porque «la desaparición de un ser querido es un antes y después, te paraliza la vida», señala el manifiesto que leyó Antonio Zurera, hermano de Ángeles Zurera, desaparecida en el 2008, en nombre de esas familias. El texto indicaba que cuando desaparece un ser querido «debes aprender a convivir con sentimientos como angustia, inseguridad, dolor, conmoción, desesperación». Por eso, las familias de los desaparecidos reclaman «medios humanos y técnicos para acabar con esta pesadilla», y que todos los casos de desaparecidos se traten por igual. Asimismo, las familias destacaron que los primeros datos que está aportando el Centro Nacional de Desaparecidos son «escalofriantes: 60 personas desaparecen en nuestro país cada día y en la actualidad hay 6.053 personas desaparecidas sin causa aparente», a las que sus familias siguen buscando.

Por ello, los familiares de las personas desaparecidas piden «que mientras una persona esté desaparecida el caso no se cierre, ni policial ni judicialmente y ese debe ser un compromiso urgente de las autoridades».

Como casos cerrados judicialmente están los de los desaparecidos en Córdoba: Paco Molina desde el día 2 de julio del 2015, cuando tenía 16 años; Francisco Bonilla Chacón desde el 13 de abril del 2015 en Cabra, tenía 68 años; Muaht, de 4 años, y su madre, de Kenia, desaparecidos el 7 agosto del 2016 en Córdoba; Antonio Muñoz Romero, desde el 15 de abril del 2013, de 32 años, que desapareció en La Laguna en Tenerife; Rafael Muriel García, de Adamuz, desde el 1 de septiembre del 2016, y Ángeles Zurera Cañadillas, desde el 2 de marzo del 2008, en Aguilar de la Frontera, con 42 años.

Además del manifiesto se leyó un poema en honor de los desaparecidos y fallecidos y se guardó un minuto de silencio por todos ellos. Tras el acto surgió una pequeña polémica porque algunos asistentes querían que se pidiera la no derogación de la prisión permanente revisable, pero los organizadores dijeron que no era ese el motivo del evento.