La lluvia no pudo con el singular desfile ecuestre previsto para ayer, evitada por los numeroso cordobeses que salieron a las calles para presenciarlo con sus paraguas. Durante todo el recorrido una multitud de personas, tanto de la capital como de la provincia, Sevilla y Jaén, presenciaron un acontecimiento singular, organizado por la Casa de las Cabezas, que contó con la participación del Escuadrón de Escolta Real, con banda de clarines y timbales, coraceros y lanceros, así como la sección montada de la Policía Local, en traje de gala y estrenando un nuevo ros, en sustitución del casco. Además, el escuadrón de caballería de la Guardia Civil de Valdemoros; la unidad de caballería de la Policía Nacional de Sevilla, desfilando con su mascota, el poni Sansón; la Yeguada Militar de Écija; la hermandad del Rocío de Córdoba; cinco jinetes de Córdoba Ecuestre con el traje de gala negro, de época de Felipe II; jinetes a la vaquera; garrochistas; alta escuela; amazonas; disciplina de saltos; un picador y un auxiliar con caballos hispanobretones; una docena de jinetes ataviados de bandoleros y dos carruajes de época. Tras el desfile, dos uvi móviles, una equina y vehículos de limpieza de Sadeco.

El desfile ecuestre, al pasar por la tribuna de autoridades, instalada en la puerta de la Diputación, recibió grandes aplausos, para continuar hasta la calle San Fernando, donde antes de comenzar la cabalgata se realizó una representación de los Tercios de Flandes. En el Compás de San Francisco hubo una exhibición a la mano de potros de la Yeguada Lovera, una de las más antiguas e importante de España, y estuvieron representantes de las hermandades con sede en este templo. El momento más emocionante tuvo lugar en el palacio de los Marqueses de El Carpio cuando el capitán del Escuadrón Real entró a caballo para ofrecer un ramo de flores a una persona que representaba a Diego López de Haro, acompañado por miembros de la Casa de Alba y de la Hermandad Nacional Monárquica. Antes, en Diputación, el director de la Casa de las Cabezas y artífice del memorial, Manuel Ramos, entregó unos azulejos con motivo del evento al conde de Osorno, representante de la Casa de Alba, que posee el título de caballerizo mayor real de Córdoba, y a las fuerzas de seguridad.

Tras finalizar el Memorial Diego López de Haro, en el 450 aniversario de Caballerizas Reales, Manuel Ramos, al frente de sus colaboradores, Rafael Castilla y José Estévez, abogó por continuar en próximas ediciones, siempre que las instituciones valoren la importancia del evento, enriqueciéndolo con diversas actividades y recuperando el título de caballerizo mayor real de Córdoba.

López de Haro (representado por un actor) recibe un ramo de manos de la Escolta Real. FRANCISCO GONZÁLEZ