Los cordobeses tienen ganas de mayo, está claro. Ya se demostró en la Cata del Vino, que se ha mudado a abril, y ha vuelto a quedar claro desde el inicio de la fiesta de las Cruces de Mayo (que también comienzan en abril). La ciudadanía se ha echado a la calle en masa para disfrutar de esos monumentos vegetales temporales que se instalan en las calles y plazas, y algunos recintos cerrados, de Córdoba. La noche del viernes fue intensa y multitudinaria, aunque sin incidentes de importancia, según han informado fuentes del Ayuntamiento, la Policía Local y la Subdelegación del Gobierno. En la misma línea se desarrolló la jornada de ayer sábado. Especialmente en las cruces instaladas en el casco histórico de la ciudad, la afluencia fue masiva y, como es habitual en estas fiestas, en los entornos de las cruces hubo muchos botellones nocturnos diseminados, más o menos masivos, que los efectivos de la Policía Local no consiguieron impedir.

Esta edición de las cruces ha venido precedida por la polémica sobre la escasez de efectivos de la Policía Local ya que los agentes han decidido no cumplir con la llamada productividad (trabajar en días de descanso) en protesta por su situación. Los policías reclaman un aumento de la plantilla y que se negocie un convenio actualizado. «Hemos perdido muchos efectivos en los últimos años por bajas o jubilaciones y la situación es muy complicada. La productividad ya no es una solución y además llevamos más de un año sin cobrarla», señala Miguel Martínez, secretario general del Sindicato Independiente de Policías Locales y Bomberos de Córdoba (Siplb). Según este sindicato, ningún agente cumplió la productividad y «solo cuatro oficiales fueron obligados a trabajar».

«CON NORMALIDAD» / El gobierno municipal no ha querido hacer ninguna valoración por el momento sobre el desarrollo de la fiesta aunque la alcaldesa, Isabel Ambrosio, aseguró a este periódico que «no ha habido ningún incidente de importancia, la fiesta se ha desarrollado con normalidad dentro de que es una actividad que saca mucha gente a la calle». Ante las quejas de los vecinos por las molestias, Ambrosio señaló que «son las habituales en estos casos y se han atendido con normalidad también». La alcaldesa apuntó que el gobierno municipal hará una valoración sobre el desarrollo de la fiesta de las cruces cuando ésta termine.

Por su parte, el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, que ayer visitó la cruz Policía Solidaria, instalada en la calle Pelagio, recalcó que no se habían producido incidentes graves, al tiempo que hizo un llamamiento a la «responsabilidad cívica y a un consumo moderado y responsable de alcohol». En este sentido, resaltó que las cruces son «una imagen de Córdoba y la imagen que debemos dar es de una ciudad de fiesta, pero no de borrachera y suciedad».

Sobre todo fiesta masiva pero sin problemas serios es lo que se vivió en tres cruces emblemáticas de la ciudad: la de Santa Marina, la de la Cuesta del Bailío y la de San Basilio, según aseguraron ayer sus organizadores a este diario. Manuel Novillo, vicehermano mayor de la Hermandad del Resucitado, que elabora la cruz de la plaza de Santa Marina, afirmó que «la noche ha ido muy bien, no ha habido ningún incidente importante en nuestra cruz». Novillo admitió que «sí vimos mucho botellón en las calles cercanas, no en la plaza» y que hubo presencia policial.

En la Cuesta del Bailío la afluencia de personas también fue multitudinaria pero sin nada que empañara la fiesta, según explicó Enrique Aguilar, hermano mayor de la Hermandad de la Paz y la Esperanza. «Ha sido una noche muy buena, sin problemas». En esta zona hubo presencia policial «pero menos que otros años», señaló Aguilar. Los organizadores de esta cruz sí pudieron observar cuando cerraron «que los restos del botellón en la plaza de Capuchinos eran tremendos». Algo así ocurrió en la plaza del Císter, según otras fuentes.

Más tranquilo es el ambiente que se viven en la cruz que instala la Asociación de Vecinos del Alcázar Viejo en su sede, aunque este año el proyecto de cruz ha sido realizado por la Hermandad de la Pasión y el Tránsito. El prioste de esta hermandad, Miguel Puentes, explicó que «aquí no tenemos problemas de masificación, hay buen ambiente y espacio para bailar». También señaló que no hubo incidentes en las primeras horas de las cruces, aunque sí recibieron varias veces la visita de la Policía Local para confirmar que todo estaba en orden.

Lo que no quedó tan bien fueron las calles cercanas a las cruces después de la fiesta. Pero para solucionarlo Sadeco ha puesto en marcha un dispositivo especial, según explicó el teniente de alcalde de Urbanismo y presidente de Sadeco, Pedro García, en una nota de prensa. García detalló que «para la recogida de residuos en este primer evento del Mayo Festivo, Sadeco despliega 18 elementos técnicos entre recolectores, compactadoras, lavacontenedores y un camión pluma, además del despliegue de 36 trabajadores en turnos de mañana, tarde y noche».

Y si en las cruces de la calle el ambiente es de aglomeración, con algo más de calma se puede disfrutar de algunas cruces en recintos cerrados como la de la calle Queso, 5, en la que Manuel Ávila lleva años haciendo unas cruces decoradas con elementos significativos de la ciudad. Este año los motivos elegidos son la fuente de la Piedra Escrita y la lectora de Diario CÓRDOBA, la escultura de Marco Augusto Dueñas con la que este diario quiso recompensar la fidelidad de sus lectores. Manuel Ávila explica que «me gustó mucho esta escultura y por eso he decidido recrearla aquí». Así que la lectora también se ha ido de cruces, no podía ser menos.