Atraviesa la fiesta de los patios un proceso de degradación? ¿Se está convirtiendo en un producto turístico masificado? ¿Estamos sustituyendo el valor social del turismo por su valor de mercado? ¿Hemos evaluado el impacto medioambiental, social y económico del turismo de masas? Estas y otras preguntas planteadas por investigadores, técnicos y expertos en turismo y patrimonio tanto de Córdoba como de otras ciudades y países, abordan desde ayer en la facultad de Filosofía y Letras, el reto de la gestión sostenible del turismo frente al fenómeno global y creciente del turismo de masas. El rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos; el presidente del Imtur y teniente de alcalde de Turismo, Pedro García; el delegado de Turismo de la Junta, Francisco Alcalde, y la alcaldesa de Córdoba, entre otras autoridades, participaron en la inauguración del I Congreso Internacional Patios de Córdoba, coincidiendo en la necesidad de abordar el carácter eficiente de la gestión de la fiesta de los patios para evitar que pierda su identidad.

El antropólogo y presidente del comité organizador del congreso, José Mª Manjavacas, expuso la importancia de que la comunidad científica sea quien lance preguntas para el debate y que, «desde un espíritu crítico, constructivo y propositivo» plantear soluciones de gestión sostenible. Por su parte, el catedrático de la UCO Desiderio Vaquerizo, del grupo de investigación Sísifo, ofreció una ponencia en la que abogó por «poner límites a la gentrificación, la invasión inmisericorde y expulsión de los vecinos, aprovechando la bonanza para crear estructura y apostar por una oferta cultural de calidad». Tras exponer el origen histórico del patio en Córdoba, recalcó que desde que la fiesta fue declarada Patrimonio de la Humanidad, «se ha desvirtuado su esencia y derivado en algo distinto» para concluir que «nuestros centros monumentales no están preparados para soportar tantos miles de turistas». Asimismo, defendió que «no debemos dejarnos cegar por el dinero fácil y hacer una ciudad pensando en el futuro, en el que la industria turística no puede ser la única alternativa».