Los vecinos del Santuario han convocado una manifestación en protesta por los cambios de forma y contenido que el nuevo equipo de Gobierno ha programado para la Velá de la Fuensanta. La concentración, prevista el 7 de septiembre en la plaza Escultor García Rueda (frente a la fuente de los niños), quiere denunciar la actitud de "ordeno y mando" manifestada por el concejal de Festejos, Rafael Jaén, en la organización de esta fiesta popular. El malestar vecinal se remonta a unas declaraciones realizadas por Jaén el 17 de mayo a los medios de comunicación y que mantuvo en el primer encuentro que tuvo con el Consejo de Distrito Sureste, que lleva organizando la Velá desde 1984. El concejal de Festejos defendió entonces un regreso de la Velá a una vertiente más religiosa, con pregón y una procesión incluidos en la que hubiera "menos caimán". Los vecinos, que pidieron compaginar lo religioso con lo popular como se ha hecho hasta ahora, también denunciaron que la exposición de estos cambios se hizo en un tono "autoritario", en el que el concejal incluso llegó a decir que cómo "él ponía el dinero, decía como se haría" la fiesta. El Consejo del Movimiento Ciudadano, máximo órgano de participación ciudadana impulsado por el Ayuntamiento, reconoció su inquietud por la situación, mientras que la presidenta del consejo de distrito Sureste, María Jesús Ramírez, anunció que después de más de un cuarto de siglo los colectivos de la zona no participarán en la organización de la Velá de la Fuensanta.

Además, los vecinos conocieron ayer que el concejal de Fiestas firmó un decreto para autorizar la contratación de una empresa privada que organizará las actuaciones artísticas y las actividades infantiles por un importe de 16.357 euros. Los vecinos se mostraron "sorprendidos" de que Jaén les ofreciera la posibilidad de participar en la Velá a través de una carta "que llegó al distrito el día 20 de julio cuando un día antes (el 19) habría cedido la organización a una empresa privada". Así las cosas, la Velá de este año, que ya tiene prácticamente terminada la programación, e incluso el cartel de la fiesta, arrancará con una protesta vecinal.