Este viernes 18 de diciembre se conmemora el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad discapacitante de causa desconocida que genera lesiones en el sistema nervioso central por la pérdida de mielina, la sustancia que rodea y protege los nervios. El 90% de los pacientes son mujeres y solo en Córdoba hay más de mil afectados ya que, según el neurólogo del hospital Cruz Roja y responsable de la Unidad de Ictus del Reina Sofía, Roberto Valverde, «en los últimos años los casos se han disparado». El motivo, aventura, «las técnicas que se emplean, que nos permiten diagnosticar mucho antes la enfermedad».

Aunque el diagnóstico precoz es la clave para frenar la evolución de la enfermedad, según el doctor Valverde, «desde que empezó la pandemia del covid-19, las personas que tienen clínica o síntomas compatibles con la esclerosis múltiple no están acudiendo a consulta por miedo al contagio, lo que está retrasando los diagnósticos».

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Según detalla, la esclerosis múltiple es conocida como la enfermedad de las mil caras porque tiene muchos síntomas distintos. «Puede afectar a la visión, a la fuerza de los miembros, a la sensibilidad, al equilibrio...», si bien el síntoma principal que provoca discapacidad es la fatiga física y psicológica. «Eso es muy importante porque suele aparecer en mujeres de 20 a 40 años, una edad laboral, y les limita mucho su actividad diaria», señala, «el problema es que los síntomas aparecen en ocasiones como brotes que duran 24 horas y desaparecen de forma espontánea, lo que lleva a pensar que es algo pasajero y no acuden al médico». En esos casos, «al no emplearse un fármaco que frene la progresión, la enfermedad sigue avanzando y la evolución es mucho peor, pudiendo generar mayor discapacidad a medio y largo plazo».

La esclerosis múltiple es la segunda causa de discapacidad en adultos, no tiene cura y aunque no es mortal, afecta de forma importante a la movilidad. «Hace veinte años, había pocos tratamientos, pero ahora contamos con un amplio abanico de fármacos que son muy eficaces y tienen pocos efectos secundarios», afirma Valverde. Por eso, cualquier paciente joven con síntomas de alteración visual, pérdida de fuerza, sensibilidad, trastorno de equilibrio debe acudir de inmediato al médico de cabecera para su derivación al neurólogo, que realizará una exploración.

La pandemia está teniendo efectos nocivos también en los pacientes diagnosticados que están en tratamiento, ya que los fármacos que se emplean bajan las defensas y hay más riesgo de complicaciones si se infectan con el covid-19. Esto está llevando a muchos a «un autoconfinamiento protector para evitar el contagio», explica, y ni siquiera están acudiendo al hospital en caso de brotes, lo que hace que la intervención se retrase y pueden quedarles secuelas. El especialista insiste tanto a quienes tienen síntomas iniciales como a los que están en tratamiento que «los hospitales cuentan con todas las medidas de seguridad para evitar que se contagien» y que no lo duden: «Deben acudir sin demora para evitar el avance de la enfermedad».