«Nos sentimos como enfermos críticos, estamos sufriendo síntomas desde hace mucho tiempo y como no nos aplican paliativos ni nos solucionan el problema, hemos pasado a la fase de chillar». Este es el estado de ánimo de los vecinos del casco histórico de Córdoba, que llevan varios meses plantados en busca de una solución a los cortes de luz, las subtensiones y las sobretensiones que vienen denunciando de forma continuada.

El último de ellos ha tenido lugar esta semana, un día después de la instalación de un analizador de redes en el alumbrado público, a solicitud del concejal de Infraestructuras del Ayuntamiento, David Dorado, que está actuando como mediador con la empresa. «Los vecinos le estamos muy agradecidos, llevamos mucho tiempo reclamando sin apoyo institucional», afirman desde la asociación La Medina. Ocurrió en la madrugada del lunes. Los vecinos detectaron cortes de distinta duración según las calles de la Judería afectadas, dependientes de distintos transformadores, entre las 3 y las 5 de la madrugada. Endesa declaró que el apagón, según datos de sus transformadores de media tensión, solo había durado 1 minuto y 16 segundos, pero el medidor del Ayuntamiento, conectado al alumbrado público (baja tensión) en una calle próxima a la plaza de Santa Catalina, detectó 25 minutos sin suministro.

Según Endesa, el desfase de horas puede deberse a que «el Ayuntamiento mide sus redes, no las nuestras», y a que «los medidores se programan y, depende de cómo estén programados, miden de un modo u otro». Dicho de otro modo, lo que mide el Ayuntamiento (baja tensión) no es lo mismo que lo que mide Endesa (media tensión) ni hay posibilidad de comparar registros porque la compañía no facilita datos de baja tensión: «No se pueden hacer públicos por la ley de protección de datos, pero se están elaborando informes solicitados por Industria», señalan.

La solicitud se ha producido esta semana cuando la Junta de Andalucía, a petición de los vecinos, se ha reunido con la empresa, a la que ha solicitado la instalación de nuevos registradores para detectar oscilaciones de potencia e información sobre el estudio de calidad y verificación de líneas que está realizando en el casco histórico.

El origen de estas reclamaciones, que según los afectados ha generado importantes daños en aparatos electrónicos de negocios y viviendas de la zona, viene de lejos. La historia empieza en el 2015 cuando dos vecinas de la Judería, una de ellas propietaria de un negocio, coinciden en la calle cambiando sus respectivos aires acondicionados, según relata una de ellas, y en ese encuentro relacionan lo ocurrido con un reciente corte de luz como posible causa. Desde ese día, empiezan a consultar a otros vecinos y recopilan información de otras incidencias. Convencidas de que todo está relacionado, han realizado ya hasta peritajes y calculan que los daños superan ya el millón de euros. Según Endesa, «solo constan siete reclamaciones por vía oficial, dos de ellas con daños que se remontan al 2015». Según los vecinos, «hay muchas más, aunque solo unas cuantas han llegado ya a la vía judicial».

La asociación de vecinos La Medina, creada en el 2016, se ha convertido en portavoz de las quejas, pero no ha sido hasta este verano cuando el malestar se ha hecho más visible porque aseguran que, además de los cortes, en la zona se dan subidas y bajadas de tensión constantes. «Últimamente, estamos en un sinvivir», asegura José Ignacio, propietario de la heladería Mezquita, situada en la plaza de Santa Catalina, encima de uno de los transformadores de la zona. En los últimos cinco años, asegura haber cambiado tres veces los aparatos de aire acondicionado y un botellero eléctrico. A eso hay que sumar el recambio «constante» de tubos de luz, «15 o 16 tubos en seis meses». Su negocio es especialmente delicado, ya que un apagón puede dar al traste con toda la mercancía. «Esta semana nos quedamos sin luz dos horas y media, lo sé por el reloj del microondas, y tuvimos que tirar todo el helado, ya hemos puesto una reclamación a Endesa».

A falta de conocer los informes solicitados por Industria, Endesa asegura que sus redes funcionan correctamente y que todas las incidencias les llegan a través de los telemandos instalados, que les permiten redirigir la corriente de luz cuando se produce una avería para minimizar al máximo el tiempo de apagón. El problema pudiera estar en la baja tensión, el último tramo de la red, aunque de momento no hay diagnóstico. Continuará.