La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a una mujer a dos años de prisión por estafar 8.000 euros a una anciana con alzhéimer a la que cuidaba y a la que hizo firmar un cheque por ese importe convenciéndola de que se lo debía por sus servicios. Además, el tribunal le impone una pena de multa de 1.200 euros por el delito de estafa y otra de 300 por una falta de hurto tras vender una alianza de la mujer sin su autorización. La condenada, que tendrá que abonar una indemnización de 8.155 euros a los herederos de la perjudicada, ha sido absuelta, en cambio, de los delitos de trato degradante, robo con fuerza, otro en grado de tentativa y una falta de hurto de una tarjeta de crédito, así como su pareja de estas dos últimas infracciones.

Según la sentencia, se considera probado que la acusada fue contratada por el guardador de la anciana para que la atendiese en su domicilio durante las noches. La mujer, que tenía 89 años, padecía una «demencia degenerativa primaria (enfermedad de alzhéimer), en estadio moderado-grave», dolencia que se veía «intensificada por su estado de ánimo deprimido, privándola de capacidad para administrar su persona y bienes».

Así las cosas, el 16 de marzo del 2015, tras decirle a la mujer que la relevaba como cuidadora que la anciana «se había sentado en el suelo durante la noche, encontrándola fría y sucia», la acusada «no volvió a presentarse para desarrollar las tareas que tenía encomendadas, ni esa noche, ni las sucesivas». Días después, el guardador comprobó la cuenta de la anciana y constató que el mismo 16 de marzo había sido cobrado por la acusada un cheque por importe de 8.000 euros. Según la sentencia, la mujer a la que cuidaba se lo había firmado «porque la acusada la había convencido de que era la cantidad que le debía por sus servicios, lo que era falso, aunque la firmante no podía ser consciente de ello debido al estado mental en que se hallaba».

Asimismo, la ahora condenada había vendido el 5 de febrero del 2015 en un establecimiento una alianza -valorada pericialmente en 155 euros-, «sin su autorización y sin que conste que la hubiera conseguido valiéndose de la sustracción de las llaves de la caja fuerte que la anciana tenía en su domicilio». Además, el tribunal apunta que en febrero del 2015 «también se realizaron determinados intentos de extraer efectivo de varios cajeros automáticos con la tarjeta de crédito» de la afectada, pero «no ha sido acreditado que alguno de los acusados interviniera en tales operaciones».

La Fiscalía pedía en su calificación inicial seis años y diez meses de prisión y 4.200 euros de multa para la mujer, a la que acusaba también de atar a la cama a la víctima «para que no la molestase» por la noche y de intentar sacar dinero con su tarjeta de crédito. El tribunal, no obstante, considera que no hay pruebas para condenarla por estos hechos.