El complejo medioambiental de Sadeco en Córdoba produce alrededor de 15.000 toneladas de compost, un 13% más desde las últimas reformas realizadas entre diciembre del 2017 y enero de este mismo año, según la técnico responsable de la planta, Elena Aguirre. Este producto, obtenido de materiales orgánicos, «se dona a asociaciones vecinales o a huertos ecológicos, se vende a los agricultores y se destina a parques y jardines, entre otros usos», señala la responsable del lugar.

Entre las mejoras llevadas a cabo en el último proyecto, consta la creación de una planta de afino de este compost, en la que se invirtieron 834.000 euros de los aproximadamente dos millones y medio que se destinaron en total a la planta.

«El proceso de creación es bastante artesanal y conocido. De hecho nosotros estamos promocionando las composteras en los colegios», explica Elena Aguirre, pero «como el reciclaje no es perfecto y se cuelan cosas, esta maquinaria permite perfeccionar el producto. Se afina, es decir, se quitan los materiales no deseados». «Nosotros lo llamamos compost de pata negra», reconoce.