María Rosa Rodríguez, de 76 años, es usuaria de la residencia de Alzheimer Córdoba y su marido, Rafael Aguilar, de 77 años, acude todos los días a verla por la mañana y por la tarde. Rafael agradece mucho la labor que llevan a cabo los profesionales de este servicio de la asociación Alzheimer Córdoba, ya que debido a una infección bacteriana que sufrió su mujer ésta ya no puede caminar, y entonces no le quedó otra opción que contratar este recurso de forma privada para que María Rosa cuente con los cuidados profesionales que necesita las 24 horas del día, ya que el amor por su parte y la de su hijo y nietas no le va a faltar.

“Ella aún nos conoce, lo que no puede es hablar. El diagnóstico no se produjo hasta el año 2012, aunque desde el 2005 mi hijo y yo sospechábamos que podía tener esta enfermedad. El duelo que hay que pasar cuando te llega un diagnóstico se sobrelleva, no se supera. Compensa contar con una asociación como Alzheimer Córdoba, que dispone de la única residencia especializada en la provincia, con servicio de fisioterapia, psicología, terapeuta y enfermería", indica Rafael.

"Además, es fundamental la humanidad de los profesionales que atienden a personas con alzheimer o con otras patologías neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), porque si no hay humanidad sería un fracaso”, añade.