La Comisión Europea advierte a las empresas de las consecuencias que puede tener un brexit duro en un documento publicado en el mes de febrero, cuando se pensaba que sería el 30 de marzo cuando comenzaría la ruptura. El documento tiene plena actualidad ante lo que puede suceder a partir del 31 de octubre de este año. Entonces, la CE aseguraba que era «urgente» que las empresas se preparasen porque afectaría a las que venden o prestan servicios al Reino Unido, a las que compran bienes o reciben servicios del Reino Unido y a las que transportan bienes a través del Reino Unido. La aplicación de las normas de la OMC a partir del 31 de octubre elimina cualquier preferencia comercial como existe hasta ahora, aplicándose los requisitos aduaneros y derechos de aduana a los bienes que entren en la UE procedentes del Reino Unido. Ante esto, es posible que se apliquen prohibiciones o restricciones a algunos bienes y se prevén que rijan certificados de importación y exportación expedidos por el Reino Unido. Además, los estados miembros de la UE aplicarán el IVA a la importación y cambiarán las normas sobre la declaración y el pago del impuesto, entre otras cuestiones. Por eso, la CE aconseja a las empresas que comprueben si tienen relaciones con el Reino Unido. Si es así, han de registrarse ante la autoridad nacional aduanera. También será importante ver si la empresa está preparada con medios humanos y técnicos y se ha de analizar si es conveniente conseguir el estatuto de operador económico autorizado.