La avenida de Barcelona ofrecía ayer una actividad inusual. En la confluencia de esta importante vía con la plaza del Alpargate (Corazón de María), una máquina derribaba una de las viviendas ubicadas al final de la ronda del Marrubial. Con este paso, la Gerencia de Urbanismo iniciaba las demoliciones que permitirán ensanchar la avenida de Barcelona y acabar con el tapón o cuello de botella que habitualmente se produce en ese punto y cuya eliminación está prevista en el planeamiento urbanístico desde hace más de tres décadas.

Los trabajos han empezado por la casa número 4 de la calle Álvaro Paulo, cuya demolición salió a concurso en noviembre pasado. La expropiación de esta vivienda, que tiene dos plantas y alberga un local, fue la primera que ha culminado de los tres procedimientos iniciados por Urbanismo en abril del 2016 (aunque fue anunciada a final del 2015) para continuar con una labor que había comenzado el Ayuntamiento mucho antes. Para dar más anchura a esa parte de la avenida de Barcelona, el Ayuntamiento debe poseer siete viviendas. De ellas, cuatro tiene desde los años 2001 y 2002. Las otras tres son las que forman parte del paquete de expropiaciones emprendido hace dos años para retomar esta intervención, cuyo coste fue valorado en 600.000 euros. La tres viviendas (y dos locales) ocupan los números 3 y 4 de la calle Álvaro Paulo y número 4 de Puerta de Plasencia, por lo que Urbanismo tendrá que tirar también la casa 3 de Álvaro Paulo y la 4 de Puerta de Plasencia, aunque antes tendrá que convocar el concurso para ello.

Este periódico intentó ayer, sin éxito, conocer los planes de Urbanismo al respecto. Cuando salió a concurso el derribo de la vivienda que empezó ayer, el organismo municipal explicó que la zona liberada permanecerá como acerado hasta que se pueda ejecutar el viario previsto, para lo que aún no hay plazos.

La intervención tiene su importancia porque completará otra actuación que se está ejecutando en la ronda del Marrubial. Allí, y desde diciembre, la Junta lleva a cabo una obra para construir un carril bici y un acerado junto a la muralla y acondicionar los dos carriles de la calzada. La actuación se enmarca dentro del plan para ejecutar los 3,2 kilómetros de carril bici que cierran el cinturón del casco histórico, enlazando con el norte de la ciudad. A esta primera fase seguirá una segunda, que aún no ha salido a concurso y que acometerá la Junta para habilitar dos nuevos carriles y un acerado más ancho en la zona próxima a las viviendas, de forma que cuando acabe la remodelación la ronda del Marrubial tenga cuatro carriles y una vía ciclista. Para poder llevar a cabo la segunda fase de esta reforma, hacen falta también demoliciones en una manzana que hay junto al supermercado, ya que esa parte está aún sin retranquear. Además, en la zona de los pabellones militares también habrá derribos, ya que hay que demoler su cerramiento para dar continuidad a la acera. Los espacios ajardinados más amplios estarán precisamente en la confluencia con Agrupación Córdoba y en la zona que ocupan los pabellones militares.