Reabrió sus puertas (al principio, de forma muy tímida) el pasado mes de mayo, cuando la desescalada de las medidas del confinamiento impuesto a la población para detener la pandemia de coronavirus permitió ir retomando algunas actividades. Entre otras, las visitas a los comercios. Desde entonces, se encuentra a la expectativa, como ocurre en los demás ámbitos, y esperando a que la nueva normalidad se acerque a la vieja para mejorar su situación actual. En el mes de junio arrojó una caída anual de las ventas del 40% y en julio, del 35%, pese a comenzar la campaña de rebajas. Este es el balance facilitado por la federación provincial Comercio Córdoba y su presidente, Rafael Bados, reconoce que «la mejor noticia económica que podríamos tener es que apareciera un medicamento o una vacuna que contuviera el virus (SARS COV 2). Las ventas han caído de una forma tremenda y todo ello, sobre un sector que ya venía muy tocado».

En este sentido, recuerda que la crisis económica del año 2008 dio lugar a un descenso del consumo del 50%, pero esto ocurrió a lo largo de seis años (hasta el 2014). En la crisis sanitaria actual, el desplome se ha producido en cuestión de meses. «Hay que esperar hasta principios del 2021 para ver hasta dónde llega la profundidad, pero es de una enorme virulencia. Hay un número importante de establecimientos que no han podido continuar», lamenta.

Bados adelanta que «la recuperación dependerá de cómo evolucione la pandemia, de si realmente se consigue contener y los consumidores vuelven a tener confianza». También aclara que algunos sectores «quizá están aguantando mejor el tirón, como el de productos básicos, la alimentación», a lo que añade que, en este caso concreto, «se ha notado que las personas han vuelto a sus comercios de barrio, su frutería, su pescadería, sus pequeños supermercados. Quizá por una cuestión de confianza hacia estos establecimientos».

No obstante, «el resto de los sectores se están viendo más afectados», señala, citando como ejemplo las librerías y papelerías, que este verano observan cómo el gasto de la vuelta al colegio se ha retraído respecto a ejercicios anteriores por la incertidumbre de las familias.

Consultado por el efecto de las rebajas de verano, el presidente de Comercio Córdoba subraya que «ya es un formato que estaba en decadencia, si a eso le unimos el contexto en el que estamos, han hecho que no tengan impacto en las ventas». De este modo, insiste en solicitar al Gobierno central que se vuelvan a regularizar las fechas, «porque la desregulación solo beneficia a los grandes de la distribución».

Por último, entre las esperanzas para el sector apunta que «hay empresas que han implantado la venta online y parece que a aquellos que están trabajándolo de forma intensa le está dando ciertos resultados. Es una línea en la que hay que insistir».

La mujer, la más perjudicada

Sin embargo, Rafael Bados se muestra pesimista sobre el futuro del empleo y manifiesta que «ahora mismo, la tendencia es de destrucción». Las cifras del Instituto de Estadística de Andalucía indican que el sector del comercio y las reparaciones cerró el segundo trimestre del año con 53.900 trabajadores, 14.800 menos que en el mismo periodo del 2019. Este descenso es muy considerable si se tiene en cuenta que el conjunto de la economía cordobesa tenía 22.000 trabajadores menos que el año anterior. Cabe reseñar, además, que la pérdida de ocupados fue más importante en el colectivo femenino, que registró 23.500 trabajadoras, 8.300 menos en un año y 6.400 menos respecto al primer trimestre del presente ejercicio. En cambio, el masculino contabilizó entre abril y junio 30.400 trabajadores, 6.600 menos que el año anterior, pero 500 más respecto a los meses de enero a marzo.