Virginia García Martín, una joven de Puente Genil de 32 años, paciente del hospital Reina Sofía, lleva conviviendo con la enfermedad de Crohn más de media vida y en su caso la patología le ha causado bastantes complicaciones. «Con once años empecé con muchos dolores de barriga, sangraba a veces y fue con 18 años, etapa en la que seguía con los dolores fuertes intestinales, pérdida de peso, fiebre y otros síntomas, cuando ya me diagnosticaron en el Reina Sofía la enfermedad», cuenta.

Antes de recibir ese diagnóstico Virginia llevaba una etapa mejor, pues incluso le dieron el alta en el Reina Sofía por su posible relación con la enfermedad de Crohn, pero sin que se llegara a confirmar, y por presentar intolerancia a la lactosa. Con 22 años esta vecina de Puente Genil sufrió un brote grave de esta enfermedad, quedó ingresada y le practicaron una resección intestinal.

Tras esta intervención quirúrgica se encontraba más o menos estable pero seguía sufriendo brotes, hasta que con 26 años tuvo que volver a ser intervenida. Virginia acabó probando todos los tratamientos biológicos y no le funcionaban, así que con 29 años se convirtió en la primera paciente que en el Reina Sofía se sometía a un autotrasplante de médula ósea (no para combatir una leucemia), sino para ayudar a su sistema inmunológico a regenerarse. Esta operación se hizo recibiendo el asesoramiento de un hospital de Barcelona.

La operación

La que entonces era su médica especialista y actual directora gerente del hospital, Valle García, explica que el autotrasplante de médula para el abordaje de esta enfermedad es un tipo de tratamiento poco habitual que se hace en casos muy refractarios a las diferentes medicaciones existentes. García añade que con este procedimiento se trata de regenerar el sistema inmunológico porque son patologías que tienen cierto componente autoinmune. Después de ese autotrasplante la enfermedad puede desaparecer, o no hacerlo, como fue el caso de Virginia, pero sí le está permitiendo recibir tratamientos que antes no le eran efectivos y encontrarse más tranquila que en los años anteriores.

Virginia y la presidenta de Aceii, Aurora Navarro, valoran de forma especial el hecho de que la unidad de enfermedad inflamatoria posibilite a los pacientes resolver posibles dudas mediante correo electrónico y otras vías, lo que aporta tranquilidad a los enfermos. «Nos atienden profesionales muy humanas, en mi caso antes la doctora Valle García y ahora Eva Iglesias», añade Virginia.