Si la fiesta del Carnaval se caracteriza por algo, es por el amplio margen que disponen sus amantes para elegir un disfraz. Pero también por expresar la voz del pueblo, sus opiniones ante cualquier tema de relevancia o expresar apoyo a aquellas personas o colectivos que lo necesiten.

Así transcurrió la quinta preliminar del concurso. Una función que comenzó con la actuación de la chirigota de Fuente Palmera Estamos pegaos... Con un tipo de hermanos siameses, esta agrupación expresó su opinión hacia la Ley Mordaza: «Si España es un país de cobardes y protestar es un delito, llévenme preso».

El segundo turno de la sesión supuso la vuelta de Fernando Abad, pregonero de este año junto a Antonio Ramírez Añete, al Gran Teatro tras su ausencia en el 2016. La comparsa La Misteriosa se presentó al estilo Sherlock Holmes defendiendo al buen aficionado a la fiesta popular. También criticó a Susana Díaz y la situación del PSOE en el segundo pasodoble. Un partido del que «queda poco de ese socialismo». Su popurrí estuvo lleno de piropos hacia Córdoba.

Tras esta actuación, se presentó la chirigota de Aguilar de la Frontera Enemigo público Nº1. Estos controladores de parquímetros hicieron un mannequin challenge en su primer cuplé con el público. En cambio, en su segundo recordaron un día que estaban aburridos y mientras veían un vídeo pornográfico llegaron sus parientas. Entonces salieron corriendo y alegaron «que había un Pokemon en el pasillo». Tras las buenas sensaciones de este grupo, la chirigota La comunidad agradó con un cuplé en el que contaron su experiencia con el decorado del año pasado de jurado, y pensaron que el artesano fue «el mismo que hizo el programa de los puntos al jurado».

La segunda parte de la función comenzó con la comparsa aguilarense Mi mundo. Este grupo interpretó dos pasodobles en los que expresaron su amor hacia la comparsa, y también criticaron la actitud de Europa hacia los refugiados.

Seguidamente, la chirigota de Cañete de las Torres Manolo para los amigos derrochó todo el talento de la cantante La Califa. Esta artista canta «con tanto genio que estoy siempre de mala leche». Por ello, la cantante se ha apuntado al sadomasoquismo y propuso que «azotaría con el látigo al listillo que hizo la salida a la Torrecilla».

La penúltima actuación de la noche fue de la comparsa pontanesa Ánimas. Con un tipo de monjes, este grupo defendió al niño enfermo de cáncer Adrián, que sueña con ser torero, ante los ataques que recibió por redes sociales. Concluyó la función Adiós Don Pepito, hola Don José. Esta chirigota de parados celebró su premio de lotería con un repertorio cuyo guión era la letra humorística.