La ola de calor del mes de junio del 2017 supuso un antes y un después para abordar el tema de la climatización en las aulas. Si antes hacía calor, que lo haría seguro, pues en Córdoba desde mediados de mayo no se puede vivir sin aire acondicionado, niños y profesores parecían asumir sus consecuencias de forma callada y resignada, a la vista quizá de que se acercaba el final del curso escolar.

Pero los 35 y 40 grados que se sucedieron de forma continuada semanas antes de que finalizara el curso 2016-2017, que convirtieron los centros escolares en verdaderas saunas, suscitó la queja organizada de los padres, no dispuestos a que sus hijos sufrieran en las clases lo que ellos mismos no sufren en sus hogares o trabajos. Para empezar, aquella ola de calor obligó a la dirección general de Ordenación Educativa de la Junta a dar libertad a los padres de los escolares para recogerlos antes de que finalizasen las clases o incluso no llevarlos a las aulas. Y también dio lugar a mostrar la cruda realidad de las infraestructuras educativas: Más del 95% de los centros escolares cordobeses no disponen de equipos de climatización en las aulas, las cuales superaron con creces los 26 grados estos días, llegando incluso a 34 grados en algunas clases, según denunció el sindicato CSI-F.

Primeras protestas

Uno de los primeros colegios en manifestarse fue el Nuestra Señora de Linares, en el barrio de Santa Rosa-Valdeolleros, sorprendentemente un colegio nuevo, que este año cumple su tercer curso de andadura, construido en medio de un barrio rodeado de edificios, con un patio de hormigón sin sombra, con una fuente que nunca ha funcionado y sin ninguna climatización ni en sus aulas ni en el comedor. Los padres se concentraron a las puertas del colegio y, un año después, han comenzado de nuevo las movilizaciones, pues «ni la Junta ni el Ayuntamiento han hecho nada ni asumen sus responsabilidades», dice el presidente del AMPA, Raúl Jurado. El caso es que la delegación de Educación inició el verano pasado las primeras actuaciones, ante la ola de protestas que el calor generó en toda Andalucía, y anunció que había realizado 8 actuaciones de urgencia, con un presupuesto de medio millón de euros. Entre estas actuaciones incluyó este colegio, el Nuestra Señora de Linares, en el que, según Raúl Jurado, «solo se puso un toldo, a dos días de comenzar este curso, en septiembre, en una parte del patio, que no soluciona nada». Por ello, asegura, la «climatización no se ha resuelto y las clases siguen siendo auténticos hornos», tanto que «el año pasado tuve que ir a por mi hija al colegio porque le dio un golpe de calor».

Con la amenaza del cambio climático sobrevolando las cabezas recalentadas de unos y otros, se desató la urgencia de dar una respuesta rápida al problema. Así, la ya exconsejera de Educación Adelaida de la Calle salió a la palestra para decir que, en su opinión, no era aconsejable poner aire acondicionado en las aulas, defendiendo a la vez otras medidas más sostenibles. Su intervención le valió todo tipo de reproches de la oposición como los del PP, que exigió a De la Calle una disculpa pública por su «frivolidad». Mientras la cosa se ponía fea para la Junta, el Ayuntamiento de Córdoba decidió dar un paso adelante y el concejal Andrés Pino anunció que el Consistorio se haría cargo de la situación y descargaría además a las AMPA de esta responsabilidad sobrevenida, pues muchos de los aires acondicionados que funcionan en los centros han sido sufragados por ellas.

La siguiente consejera de Educación, Sonia Gaya, recién elegida en junio, informó en el Pleno del Parlamento de que Andalucía contaría en septiembre con un protocolo de actuación en los centros docentes ante situaciones de emergencia climatológicas. El protocolo «establecerá los procedimientos a seguir en el futuro, se incorporará a los planes de autoprotección de los centros y dará una respuesta inmediata al alumnado, profesorado, personal de administración y servicios y a las familias ante circunstancias similares», dijo. IU llevó una iniciativa al Parlamento andaluz y el PP ha sido insistente con su denuncia durante todo este curso.

Los padres se organizan

Así las cosas, los padres no se quedaron quietos y surgió todo un movimiento de AMPA, que en Córdoba se llama plataforma Niñ@s del Sur, que unió sus fuerzas a la corriente Escuela de Calor, de Sevilla, para intentar que la Junta se tomase en serio la climatización de los centros educativos. A día de hoy, esta plataforma sigue luchando por el bienestar en las aulas, tras numerosas concentraciones, apoyo de algunos partidos políticos y reuniones con las administraciones, pues dicen haber visto pocos resultados. 42 AMPA se unieron en esta plataforma, que denunció cómo muchas habían costeado con fondos propios los aparatos de refrigeración de numerosos colegios, lo que incluso creaba una situación de «alegalidad», por la falta de supervisión de estos elementos.

Obras de la Junta

La delegación de Educación, tras las 8 actuaciones del verano pasado, anunció obras en 36 centros de la provincia, con un presupuesto de más de 2,2 millones de euros, para acometer las primeras actuaciones de urgencia. De estas, 25 estarán terminadas en esta primera quincena de mayo, según la Junta, lo que supone el 70% de las previstas. Las actuaciones que se están haciendo consisten en una climatización de comedores, mejora del aislamiento de las carpinterías exteriores o la creación de sombras en espacios exteriores. Nada de colocar aire acondicionado, quizá porque las instalaciones eléctricas no lo soportarían. 15 colegios e IES de la capital y 21 de la provincia son los primeros agraciados en esta primera fase, entre los que se encuentran cuatro cuyas actuaciones son de mayor envergadura y se harán durante el verano.

Durante el curso, los centros han enviado a la Junta sus necesidades para hacer un diagnóstico de la situación, que han contado a la hora de priorizar actuaciones, junto a la información recabada por las visitas de los técnicos, la severidad climática de la zona, el horario de uso del centro y la envolvente térmica y protección solar del edificio, tal como ha explicado Educación.

Obras del Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Córdoba, a quien compete el mantenimiento de los centros públicos, asumió su responsabilidad, y la propia alcaldesa, Isabel Ambrosio, aseguró que se realizaría un informe para diagnosticar el estado de los colegios. En marzo se reunió con las asociaciones de la plataforma Niñ@s del Sur para trasladarles las conclusiones del estudio realizado por el área de Infraestructuras, que concluyó que el 25% de los colegios precisa de obras urgentes previas a su climatización, en sus cubiertas y cerramientos. Así pues, de los 85 edificios analizados por los técnicos del Ayuntamiento, 21 tienen sus cubiertas y cerramientos en mal estado, mientras que 22 tienen en mal estado los dos elementos. El resto, 42, tienen o bien las cubiertas o bien el cerramiento de puertas y ventanas en un estado regular o malo. La alcaldesa ha dado a conocer esta semana un proyecto para climatizar, a partir del verano, 19 colegios, con un presupuesto que asciende a 9,9 millones de euros y que se financiarán a través de unos incentivos específicos de la Agencia Andaluza de la Energía, que subvencionará el 90% del montante. El portavoz del PP en el Ayuntamiento, José María Bellido, desconfió del anuncio del gobierno local, por la tardanza en poner en práctica las medidas, la escasa proporción de centros beneficiados, el tipo de medidas propuestas (insuficientes en muchos centros) y el, a priori, desproporcionado coste que observa en las reformas.