La necesidad de información de los alumnos de 5º curso de Primaria sobre temas como la orientación sexual, la diversidad familiar o el acoso escolar homofóbico es una de las conclusiones más evidentes del proyecto educativo Diversifica2, realizado en un colegio de Doña Mencía, y del trabajo posterior de fin de carrera LGTBI plus. La voz de una sociedad silenciada, del graduado en Educación Primaria por la Universidad de Córdoba Alberto Jiménez Navas. Su trabajo ha sido premiado con el galardón Anitz Sariak de este año en Bilbao.

Los tres cursos de 5º de Primaria del colegio Alcalá Galiano de Doña Mencía recibieron durante el primer trimestre de este curso clases de una hora semanal sobre información respecto a la orientación sexual, la diversidad familiar y aclaraciones sobre estereotipos en estas materias por parte de Alberto Jiménez. «El resultado de estas clases ha sido más que evidente, ya que antes de comenzarlas los niños estaban bastante desinformados y no sabían si pegarle una sola vez a alguien por su orientación sexual era acoso o no. Igualmente, desconocían si las parejas homosexuales podían tener o no hijos. Yo considero que las clases han sido muy beneficiosas para el alumnado, ya que con información se logra una sociedad más tolerante», explica Alberto Jiménez Navas.

Se escogió a los alumnos de 5º curso por su «edad crítica», por ser un momento de transición hacia la educación Secundaria y -según Jiménez Navas- por ser la etapa de cambio hacia la pubertad. «La idea es sensibilizar al alumnado de los últimos cursos de educación Primaria sobre la diversidad de género, la identidad sexual diferente y la posible discriminación de la sociedad», comenta el creador de este proyecto educativo.

Respecto a tópicos como que el azul es el color de los niños y el rosa de las niñas, Alberto Jiménez dice que «no se ha encontrado con ese tipo de prejuicios o de estereotipos» durante los tres meses que ha dado clases en el colegio de Doña Mencía.

En su opinión, sería necesario que este tipo de educación se extendiera a más centros escolares, para que «al recibir una mejor formación en estos temas y alcanzar un mayor respeto por la diversidad no sufran discriminación ni acoso por parte de sus compañeros».

Al final del proyecto, los niños tuvieron que hacer una redacción para explicar lo aprendido y -según Jiménez Navas- una de las frases escritas por un alumno que mejor resume el objetivo de este proyecto educativo fue: «Todos somos diferentes y todos tenemos derecho a vivir lo que siente nuestro corazón».

Jiménez Navas expresa su deseo de que «ojalá se pudiera desarrollar este tipo de proyecto a todos los centros educativos de Andalucía y desde aquí lanzo un guiño a la Consejería de Educación y a la sociedad para que se respete la diversidad».