El pasado miércoles, 24 de mayo, se cumplieron dos años de las últimas elecciones municipales. Córdoba experimentó en su Ayuntamiento la misma fragmentación que los votantes trasladaron luego al Congreso de los Diputados: el PP perdió 5 concejales y con ellos la mayoría absoluta, quedándose en 11; el PSOE subió a 7 ediles, Izquierda Unida (IU) mantuvo sus 4 y las fuerzas políticas emergentes entraron por primera vez en el salón de plenos, con 4 concejales la agrupación de electores Ganemos Córdoba y con dos Ciudadanos. El fenómeno del empresario Rafael Gómez y su Unión Cordobesa dio sus coletazos arrojando un único edil. Gómez renunció a su acta de concejal y UCOR continúa, ya de una forma discreta, con su único representante en la Corporación Municipal.

Queda mucho por hacer y poco margen de reacción

El tiempo ha pasado rápido, numerosos acontecimientos se han sucedido, y ahora, en el ecuador del mandato municipal, el repaso arroja una importante bolsa de problemas por resolver, desencuentros variados y la sensación de que es mucho lo que queda por hacer y escaso el margen de reacción que le queda al gobierno municipal de la ciudad. PSOE e IU se encontraron (se diría que de manera inesperada, sin estar preparados para ello) con la posibilidad de gobernar la ciudad, y dieron el paso adelante para formar un equipo de gobierno pequeño, de once concejales, tributario siempre del acuerdo de investidura suscrito con Ganemos. La agrupación de electores optó por ver los toros desde la barrera, imponiendo divisas, orden de lidia y hasta precio de las entradas, pero sin bajar al ruedo. Luego, ya al margen de metáforas, impidieron que el Ayuntamiento apoyara la fiesta de los toros.

PSOE e IU, obligados a entenderse

PSOE e IU, dos fuerzas que en Córdoba han tenido siempre un fuerte rechazo mutuo, se vieron obligadas a entenderse, con la alcaldesa socialista, Isabel Ambrosio, y el primer teniente de alcalde de IU, Pedro García, como principales actores. Dos años después, ese Ayuntamiento que anunciaba Ambrosio «para las personas» se ha hecho más cercano y ha puesto en marcha medidas sociales para no abandonar a los más débiles, pero anda enredado en un bucle tanto en el ámbito interno de los organismos municipales y la plantilla (véase Aucorsa en la Feria o la protesta anunciada por el comité de empresa para el 14 de junio) como en el externo de los proyectos para Córdoba, en unos casos por heredar problemas no resueltos por el PP de José Antonio Nieto, en otros por situaciones ajenas a su voluntad (el incumplimiento de contrato de la empresa adjudicataria del pabellón de exposiciones, ferias y convenciones) y en otros por sus propias carencias de gestión. Hagamos un breve repaso.

Polémicas más relevantes aún sin resolver

Nada más aterrizar en Capitulares, se echa el freno a algunas decisiones del anterior gobierno municipal del PP que los grupos de izquierda habían discutido desde la oposición, como la cesión de terrenos al Córdoba CF en el Parque del Canal o el proyecto de metrotrén, que Ambrosio quiere ampliar al concepto de cercanías para impulsar el área metropolitana de la ciudad. A estas alturas, ni se ha llegado a un acuerdo para la Ciudad Deportiva del club de fútbol ni los Presupuestos Generales del Estado (PGE) contemplan dotación suficiente para el tren de cercanías. La polémica engulle las soluciones y eterniza los asuntos, como ha ocurrido con la prohibición a la cementera Cosmos para «valorizar» residuos y utilizarlos como combustible, que va y viene de los juzgados a Capitulares, o la disolución del Consorcio de Turismo, que los populares dejaron a medio desmantelar y todavía colea. Con el centro de convenciones del parque Joyero, aunque PSOE e IU estuvieron en contra y lo consideraron una decisión gravosa para la ciudad, se intentó seguir adelante, pero se ha tropezado con los incumplimientos de la empresa adjudicataria, y la ciudad continúa (la carencia ya se cuenta por décadas) con el problema sin resolver de un inmueble destinado a ferias y convenciones.

La gestión parece una escalera de mil tramos para el ajustado y sobrecargado equipo de gobierno. El plan Mi barrio es Córdoba, heredero de 50 obras, 50 barrios, al que tan buen ritmo imprimió la concejala del PP Laura Ruiz, empieza a atascarse, hasta que la actual concejala de Infraestructuras, Amparo Pernichi (IU), tiene que confesar que en el 2016 se perdió un millón de euros en obras no adjudicadas a tiempo. El PP, que ya antes de la formación del Gobierno central y la salida de José Antonio Nieto hacia Madrid ya estaba delegando las labores de portavocía en José María Bellido, se instala en una posición cómoda de crítica, una oposición de manual en la que la rueda de prensa diaria del gobierno local se contrarresta con la del PP, un ir y venir de palabras y denuncias que no sale de la rentabilidad política o de imagen. El concepto de lo constructivo, de impedir el error en beneficio de los ciudadanos, no existe en la vida política. El pacto está fuera de guión, salvo algunas sorprendentes decisiones unánimes del Pleno.

Atranques serios en el área de Turismo

Pero también en el turismo ha habido sus atranques, y serios. Ha surgido la complicada respuesta al creciente problema planteado por la invasión de veladores en aceras y zonas peatonales, que llevó a una ruptura por parte de los empresarios en la mesa de negociación creada, y a la posterior ruptura de las propias asociaciones empresariales cuando Hostetur decidió reincorporarse a la mesa.

Sí se ha avanzado, de una forma casi radical, en materia de peatonalización, añadiendo Capitulares y la Ribera a la ya consumada Cruz Conde, y programando nuevas zonas que se irán ejecutando paulatinamente. También con la consiguiente polémica, dado que los vecinos de las zonas afectadas no quieren verse aislados y reordenar el tráfico en el casco histórico es una tarea casi heroica. Y también avanza la reforma del Templo Romano, junto con otros esfuerzos enfocados a la cultura y el turismo, como la programación de actividades y exposiciones, la apertura del centro de interpretación de los patios en la calle Trueque y el apoyo a actividades de distintos colectivos de la ciudad. Incluso el gobierno de izquierdas ha aceptado el cambio de la carrera oficial al entorno de la Mezquita-Catedral, con el inevitable debate referido a la segunda puerta lo tuvo que resolver la Junta de Andalucía, y muchas cosas por mejorar para futuras ediciones.

Rabanales 21, la titularidad de la Mezquita

Las polémicas no cesan. estuvo la de Rabanales 21, el parque científico-tecnológico que no ha tenido el mismo respaldo económico del Gobierno andaluz que otros parques, ni tampoco ha despertado el interés empresarial como en esos otros sitios que se comparan, y que quiso salir de su crisis vendiendo suelo para una iniciativa comercial. Tras el parón inicial, continúan las negociaciones y va a permitirse un uso comercial más limitado en los terrenos. Pero todo con polémicas, intercambio de informes que incluso han venido a ser una guerra entre el secretario general y la asesoría jurídica del Ayuntamiento por sus discrepancias. Y ahora un nuevo altercado con la creación de la comisión de expertos presidida por Federico Mayor Zaragoza para reclamar la titularidad pública de la Mezquita.

Una máquina de crear comisiones

Informes y comisiones han sido lugar común durante estos dos años. Comisiones para que los ciudadanos y expertos señalen el camino que debe seguir la estrategia de futuro de la ciudad. Comisiones sobre la cementera, sobre los veladores, sobre la reforma de la feria... No se extrañen, esto es lugar común para todos los tiempos y partidos políticos, pero más para PSOE e IU por su concepto de participación ciudadana.

Tras los cambios hechos en el gobierno local motivados por el triste fallecimiento de la concejala María José Moros (PSOE), Ganemos dio unos pasos y mostró disposición a integrarse en el equipo de gobierno, sin que este lo animara ni ellos hicieran mayor reclamación, con lo que las cosas siguen igual, quizá con un mayor deterioro en las relaciones entre PSOE e IU.

La alcaldesa viaja rentabilizando el liderazgo de Córdoba como ciudad patrimonio mundial y cerrando alianzas con el eje de cooperación abierto entre Sevilla, Málaga y Granada, que de momento parece que progresa algo en materia de turismo.