Las críticas por el precio del billete del cercanías empañarán hasta su arranque el lunes 29 la esperada puesta en marcha del tren, un proyecto que hunde sus raíces en 2012 y que presentó el entonces alcalde José Antonio Nieto bajo el nombre de metrotrén. Renfe ha dado a conocer por fin esta semana, los horarios y las tarifas de los billetes que permitirán a los cordobeses ir de Alcolea a Villarrubia y viceversa en tren. El precio osciliará, en función del viaje, entre los 1,90 euros y los 2,80 euros, y viene determinado por la designación del tren cordobés como un media distancia y no como un cercanías propiamente dicho, dos denominaciones comerciales que difieren, sobre todo, en el precio y que se dan en función de criterios como la población o el número de viajes previsto.

El anuncio de los precios aunó en el rechazo tanto a los partidos políticos como a los colectivos sociales con el Consejo del Movimiento Ciudadano o la Plataforma del metrotrén. Se consideran precios excesivos y se reclama una tarifa unitaria de 1,80 euros para toda la corona ferroviaria, en lugar de que se fije un precio en función de la estación de salida y la de llegada. «No se puede asumir el servicio de esa forma, ni como media distancia, ni con esas tarifas», resumió de manera gráfica el presidente del CMC, Juan Andrés de Gracia.

Por otro lado, el anuncio de los precios ha provocado un cruce de acusaciones entre el PSOE y el PP, y un cambio en la estrategia comunicativa que ambos partidos habían mantenido hasta el momento, tratando de atribuirse los laureles de la puesta en marcha. Ahora siguen en esas, pero ninguno quiere responsabilizarse de lo que no ha gustado a nadie, o sea, de los precios.

El hecho de que la obligatoriedad del servicio público -donde se estableció que el Estado asumiría el déficit de explotación del tren y que éste sería un media distancia-- se firmase en diciembre del 2017, siendo aún presidente del Gobierno Mariano Rajoy, ha servido a los socialistas -afanados desde hace semanas en reivindicar su gestión en este asunto-- para colgarle los precios al PP. La alcaldesa ha dicho esta semana que, durante las negociaciones con el gobierno local, Renfe no les había planteado «en ningún momento» el precio del billete y que ella misma lo conoció el miércoles. Isabel Ambrosio defendió reducirlo a toda costa y sacó a la palestra el fantasma del agravio comparativo con Sevilla y Málaga, que sí disfrutan de precios de cercanías para trayectos similares.

Por el contrario, los populares, que habían hecho hasta una campaña informativa titulada Súbete al tren, para reclamar la idea y el trabajo realizado desde el 2012 para que el cercanías llegara a Córdoba, se desligaron de cualquier responsabilidad sobre el precio actual y acusaron a la regidora de haber aplicado «un tarifazo» por equilibrios internos de partido. Así, José María Bellido aseguró que, antes de que Ambrosio «traicionara a la ciudad plegándose a los intereses del PSOE, la Junta, Susana Díaz y Pedro Sánchez» aplicando esta subida, el precio estaba pactado en 1,93 euros.

Bellido también tiró del agravio interregional y, sobre todo, atacó a la Junta, que inicialmente iba a poner 2,6 millones de euros para enjugar el previsto déficit de la línea, pero que por ahora «no ha puesto nada». «Nos ha mentido de nuevo, nos ha engañado y (la Junta) es rácana con Córdoba, ¡Con lo que le da a Sevilla y Málaga!». El argumentario popular suma a esos 2,6 millones los 1,8 que iba a poner el Ayuntamiento para bonificar los billetes como hace la UCO con los de sus estudiantes de Rabanales, algo que la alcaldesa asegura que se hará.

La bronca no debería ocultar lo que seguirá faltando el 29 cuando el cercanías haga su primer viaje. A saber: que Fomento construya dos estaciones en Fátima y el Parque Joyero; incorporar el tren al Consorcio Metropolitano de Transportes con un billete único; que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba bonifiquen los títulos de viaje para abaratar su coste, y que se armonicen horarios y frecuencias con Aucorsa.