La Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) celebró ayer su asamblea general ordinaria, en la que su presidente, Antonio Díaz, hizo balance del año y medio que lleva al frente de esta organización. Durante su intervención, Díaz demandó «compromiso y eficacia» y dijo que continúa «echando en falta una administración pública ágil y útil, no solo para las empresas», sino también «para los ciudadanos». Díaz, que desea una «Córdoba empresarial, avanzada y comprometida», aludió a los «proyectos necesarios» que «se han visto retrasados» o «postergados» y, aunque no citó ninguno, en la mente de todos estaban los dos centros de congresos pendientes. Aunque reconoce el trabajo y la inversión necesaria para que las iniciativas prosperen, considera que «nos perdemos en una maraña» de «debates» que «ni sirven para saber nada que no sepamos ya, ni para ejecutar siquiera las cosas en las que hay acuerdo», lo que le lleva a concluir que «la politización» de las iniciativas «lastra su desarrollo».

En cuanto a la atracción de empresas y la actividad productiva, Díaz asegura que los empresarios encuentran «buenas intenciones pero escasas decisiones bien dirigidas a favorecer la actividad empresarial», por lo que anima a aprovechar las posibilidades que ofrece la industria, la logística, el turismo y la economía digital y a hacer el «camino juntos, desde lo público y lo privado».

El presidente de CECO afirma que en su año y medio de mandato se ha «trabajado duro para recomponer el nuevo diálogo social con los sindicatos mayoritarios y las administraciones públicas más cercanas», que se ha traducido en el Compromiso por Córdoba, en relación al que espera que a partir de septiembre «podamos presentar los primeros resultados, mediante la ejecución de actuaciones concretas».

El máximo responsable de los empresarios cree que el 2017 «va a significar la puesta en marcha de proyectos importantes para la confederación». Díaz considera que el final del 2016 y el inicio del 2017 ha representado «un antes y un después tras los últimos cinco años de sequía de actividad» o, lo que es lo mismo, la «travesía en el desierto de los proyectos para actividades empresariales». Entre otros logros, cita el Plan de Formación Profesional para el Empleo de la Junta. Aunque reconoce que «la procesión va por dentro y las situaciones tensas continúan estando ahí», afirma que «empezamos a ver la luz al final del túnel».

Díaz se compromete a continuar con las seis líneas estratégicas anunciadas en el 2016 para que CECO sea una «organización más eficiente y cada vez con mayor representatividad». Esas líneas son la «promoción de los valores empresariales», el «impulso a la competitividad», la «potenciación del diálogo social», el «fomento de la participación», la «defensa de los intereses de los autónomos y las pymes», el «reforzamiento de la imagen reputacional», y la «consolidación económica y financiera».

El informe de Díaz fue «una reflexión en clave interna» sin la presencia de responsables públicos, en la que destacó el «papel vertebrador» de CECO en la sociedad, en la que desempeña «una figura de equilibrio institucional en la defensa de los intereses» de los empresarios. Díaz dijo que ha querido «abrir aún más CECO a la sociedad y a todos los ámbitos» y que se han sentado las bases para una confederación «más entregada» y «cercana», aunque, «para ser más eficaces» es «primordial ocupar el espacio institucional que nos corresponde por representatividad y por dimensión».