Andalucía terminó el tercer trimestre de 2020 con cerca de 30.000 jóvenes emancipados menos que un año antes; es decir, han retornado al hogar familiar. Son datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que recoge el Instituto de la Juventud (Injuve).

Según la EPA, Andalucía contaba en el tercer trimestre de 2019 con un total 1.282.900 jóvenes de entre 16 a 29 años, cuya tasa de tasa de emancipación correspondía al 17,01%, resultando una cifra de 218.221 jóvenes emancipados en la comunidad. En el mismo periodo de 2020, la comunidad contaba con un total de 1.288.900 jóvenes de la misma edad, siendo la tasa de emancipación del 14,61% y correspondiendo esta cifra a 188.308 personas. Atendiendo a estos datos, se observa que, a pesar del incremento del número de jóvenes en Andalucía, la cifra de emancipados ha decrecido en casi 30.000 jóvenes y la tasa de emancipación se habría reducido en 2,4 puntos porcentuales.

El último balance del Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) apunta a la crisis sanitaria y socioeconómica derivada del covid-19 como motor del continuo descenso de la proporción de personas jóvenes que residen de manera independiente, habiendo afectado «no solo al estado de salud individual de las personas sino también a las relaciones interpersonales, las rutinas de la vida cotidiana, el ocio, el consumo, el mercado de trabajo, las cuentas macroeconómicas o la percepción subjetiva sobre las condiciones de habitabilidad». Asimismo, apunta el balance, se habría abierto un «período de incertidumbre que sigue plenamente activo y cuyas repercusiones completas aún son difíciles de evaluar».

Según el estudio del CJE, que ha recogido los datos del segundo trimestre de 2020, siendo este el período más afectado por la pandemia y los confinamientos, las consecuencias más inmediatas de la crisis del covid-19 en Andalucía se han reflejado en el descenso de la proporción de personas jóvenes que participaban en el mercado de trabajo, con una «abrupta caída» de la tasa de actividad y de la tasa de empleo.

En el segundo trimestre de 2020 la tasa de actividad juvenil fue del 43,9%, habiéndose reducido en 7,4 puntos porcentuales desde el mismo periodo de 2019 (51,3%). Del mismo modo, la tasa de empleo disminuyó 7,6 puntos porcentuales con respecto al año anterior. En comparación con el conjunto estatal, las personas jóvenes contaban con unos empleos más precarizados, con una mayor incidencia de la subocupación, sobrecualificación y una fuerte temporalidad contractual. Ante este escenario, señala el informe, «los proyectos vitales la juventud se truncaron y tan solo el 14% de las personas menores de 30 años había abandonado el hogar familiar en Andalucía en el segundo trimestre de 2020, mostrando la tasa de emancipación más baja de todas las comunidades autónomas».

Por otro lado, como ha reflejado la EPA, la situación de los jóvenes andaluces no ha dejado de agravarse en el tercer trimestre de 2020. Entre otras cuestiones, la cifra de parados menores de 30 años en la comunidad habría ascendido a 272.600, frente a 246.000 en el mismo período de 2019.

Difícil acceso a la vivienda

El CJE también recoge la dificultad de los jóvenes andaluces para acceder a la vivienda. En Andalucía el salario neto de un joven asalariado estaría en torno a 12.000 euros y solo el coste de acceso al alquiler de una vivienda libre para una persona asalariada de esta edad supondría casi el 90% del total de su salario neto. Otro obstáculo para la compra de vivienda es el coste de acceso a la vivienda libre: supondría el desembolso del 50% de su salario neto y el precio máximo tolerable de compra de una es de 70.000 euros.