La Casa de Manolete ha vuelto a abrir sus puertas este martes, como restaurante y escuela de hostelería, un proyecto del chef Juanjo Ruiz y de Remedios Romero, directora de la casa, que pretende convertirse en un espacio de referencia para la gastronomía de Córdoba.

El emblemático edificio de la avenida de Cervantes alberga gracias a este nuevo proyecto tres áreas enfocadas a la restauración, el patrimonio y la formación: La Casa de Manolete bistró, un restaurante clásico; A flor de piel, un espacio gastronómico de alto nivel que incluirá una visita guiada a la casa, y una escuela de hostelería denominada Centro Superior de Artes y Ciencias Gastronómicas.

El chef Juanjo Ruiz y la directora de la Casa de Manolete, Remedios Romero, impulsores del proyecto, han presentado este martes la rehabilitación de este edificio histórico y su conversión en un espacio en el que se puede vivir una experiencia inolvidable vinculada a Córdoba y a su historia. “Estamos en un lugar que es más que un restaurante o una escuela de hostelería, estamos en un edificio emblemático que es esencia de Córdoba y a Córdoba se lo queremos ofrecer”, ha expresado Juanjo Ruiz en la presentación ante los medios de comunicación.

El chef, que ha dirigido esta primera visita a la casa junto a Remedios Romero, ha destacado que “queremos que este sea un espacio accesible de la ciudad porque forma parte de su historia. Somos conscientes del legado que hay en nuestras manos y seremos muy responsables con la memoria de Ortega y Gasset y de Manolete, dos de las figuras más importantes de la historia de España en los últimos 150 años”.

Los dos restaurantes tendrán una capacidad para unos 80 comensales y la escuela de hostelería atenderá las demandas de formación de 60 personas. Juanjo Ruiz ha señalado que “aunque el restaurante A flor de piel incluye una visita guiada al edificio, tanto este espacio como La Casa de Manolete Bistró tendrán unos precios que se sitúan en la media de los establecimientos del centro de Córdoba, por lo que disfrutar de esta experiencia será posible para un amplio abanico de clientes”.

Remedios Romero ha expresado que la restauración que se ha desarrollado ha sido sumamente respetuosa con todos los elementos. Romero ha agradecido a todas las personas que se han implicado en el proceso. La directora de la casa ha destacado los dos cuadros monumentales dedicados a Manolete y a Ortega y Gasset que ocupan uno de los salones del bistró y que son obra del pintor cordobés Fernando García Herrera. “Son dos obras de arte y dos motivos de peso para visitar la casa porque Fernando ha sabido reflejar el alma de estos dos grandes personajes”, ha señalado Remedios Romero.

Tanto Juanjo Ruiz como Remedios Romero han destacado durante la visita que “se ha conservado hasta el último chino cordobés”, aunque “es lógico que se haya tenido que “reinterpretar la imagen de la casa debido a su deterioro y a la necesidad de enviar el mensaje que supone esta nueva etapa”.

PRODUCTO LOCAL Y DE TEMPORADA

El chef Juanjo Ruiz, que ya lleva casi 20 años apostando por los productos de Córdoba y por su gastronomía y conocido por sus innovadoras apuestas por el salmorejo, ha señalado que la carta de los dos restaurantes se fundamentará en productos locales de gran calidad y de temporada. “Imprimiremos una carta nueva cada día según lo que dé el mercado y contaremos con todo lo bueno que da nuestra huerta, nuestra sierra, nuestra campiña y nuestras dehesas”, ha expresado Ruiz, quien como detalle ha resaltado que “vamos a servir una receta de rabo de toro del siglo XIX facilitada por Almudena Villegas que va a ser una de las estrellas de nuestra carta”.

UNA CASA CON MUCHA HISTORIA

La Casa de Manolete se construyó en 1890 a instancias del escritor y periodista José Ortega Munilla, padre de José Ortega y Gasset, uno de los filósofos más destacados de la historia de España. La familia Ortega pasaba temporadas en la ciudad debido al estado de salud de Dolores Gasset, esposa de Ortega Munilla y madre de Ortega y Gasset. Por prescripción médica, la señora Gasset necesitaba pasar los inviernos en un clima seco y poco riguroso. La obra de la casa, de estilo colonial con pinceladas modernistas y clásicas en su decoración, fue dirigida por el ingeniero Tejón y Marín y, desde que se levantara en la actual avenida de Cervantes, ha sido uno de los edificios más singulares de la ciudad. Tras dos décadas en propiedad de los Ortega, la casa pasó a ser de Rafael Cruz Conde, a quien se la compró Manolete en 1942, cuando su fama y su toreo estaban en todo su esplendor. Manuel Rodríguez ‘Manolete’, IV Califa del toreo cordobés y una de las figuras del toreo más emblemáticas de la historia, encargó una remodelación de la casa al arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría. De esa época data la esencia completa del edificio recién rehabilitado, que hoy está protegido en Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Córdoba. Tras pasar por propietarios como la constructora Marin Hilinger, la casa fue adquirida en 2017 por el empresario Antonio Carrillo, quien alcanzó en 2018 un acuerdo con Juanjo Ruiz y Remedios Romero para acometer el proyecto de restauración que ya es una realidad.