Cuesta asimilar que se dé carpetazo a un plan que tardó en concretarse para elaborar otro. Sin embargo, hay que ser conscientes de que la crisis es mucho más cruel que en el 2010, y que, a pesar de los esfuerzos, el plan no ha dado los frutos esperados, por lo que no se ajusta a la realidad. Visto así, no parece tan descabellado buscar otras fórmulas y planificar solo los aparcamientos en los que se demuestre que son viables, aunque haya que esperar.