El jueves supimos que el Ayuntamiento de Córdoba había sido condenado a pagarle a una ciudadana 4.395 euros y las costas procesales por el balonazo que recibió a las puertas de las instalaciones del ImdecocondenadobalonazoImdeco en Vista Alegre. La sentencia estima que el instituto municipal debe pagar a la mujer, que fue golpeada en la cabeza y sufrió lesiones, por tener una «deficiente protección» en dichas instalaciones y no impedir, de manera conveniente, sucesos como el ocurrido al escaparse el balón fuera de la pista.

El fallo judicial, que no se puede recurrir, era un presagio pero nadie supo verlo, porque el balonazo del Imdeco, desde luego, no se lo ha llevado esta semana solo la señora indemnizada. Un juez muy listo, sin duda. Es más, diría yo que el pelotazo, que impactó el miércoles en el grupo de Ciudadanos en el Ayuntamiento, fue de mayor virulencia, cuando la ya exgerente del Imdeco, María Luisa Gómez, anunció que se ibaMaría Luisa Gómez. Y lo hizo a lo Sabina, o sea, con portazo de esos que suenan como signos de interrogación. ¿El motivo? La presión que habría ejercido el presidente del organismo, el concejal Manuel Torrejimeno, para que la hasta entonces administradora cometiera irregularidades que rozaban la «prevaricación». Punta-tacón.

Para que nadie pudiera acusarla de estar inventándose la historia, el edil de Cs le dejó por escrito, en un correo electrónico que rueda estos días como la falsa monea, la particular lista de tareas que ordenaba a su gerente lista de tareas y que estaba encabezada por un enigmático «necesito tu renuncia por escrito antes de pasar nosotros al plan b». Punta-tacón.

Añadan al cóctel molotov un dato significativo. La exgerente del Imdeco no era una técnica cualquiera, sino la número 6 de la lista que Cs presentó a las municipales y que iba justo después de Torrejimeno, por lo que en caso --figúrense-- de que él dimitiera, a ella le habría tocado sustituirle al frente de la Concejalía de Deportes y Educación. Redoble de tambor. Hay que decir, para que nadie piense mal, que en una asamblea del partido naranja celebrada el mismo jueves (en la que nos hacemos una idea del ambientazo), Gómez renunció a esa posibilidad. Deus ex machina.

El caso es que con el zumbido que debe quedarte en la cabeza después de tremendo balonazo, Torrejimeno compareció el jueves ante los medios de comunicación, visiblemente afectado, para decir que su gestión está fuera de toda duda y que de dimitir, tururúde dimitir, tururú. (La verdad es que el listón en eso de negar la dimisión lo dejó tan alto Rafael Gómez con su insuperable: «¿Dimitir? Dimite tú», que ya nadie está a la altura).

Podrán imaginar cómo se puso la oposición con un argumento de tamaña envergadura, que no tardó ni diez minutos en pedirle al alcalde, José María Bellido, la cabeza del edil de Cs y una reordenación de competencias municipales. Torrejimeno: «A su casa, o al juzgado», dijeron«A su casa, o al juzgado». Con lo de reorganizar delegaciones, por cierto, la oposición se ha venido arriba, porque le habían pedido ya y varias veces lo mismo al alcalde pero con Isabel Albás, la portavoz de Cs y presidenta del Imtur (ella, por ahora, del caso Torrejimeno no ha dicho ni mú).

Tras el balonazo, como decimos, Cs anda con una venda en la cabeza y el brazo en cabestrillo, mientras que su socio de gobierno, el Partido Popular, hace como que a él, la pelota, ni le ha rozado. No obstante, si alguno ha tenido la tentación de alegrarse del mal ajeno, debería recordar que de las pistas del Imdeco cualquier balón puede salir disparado, mientras que Vista Alegre siga «sin contar con medidas de seguridad más adecuadas, aunque quizá menos estéticas, como por ejemplo una barrera perimetral de cierta altura», el juez de lo Contencioso Administrativo número 3 de Córdoba dixit.

El portavoz Miguel Ángel Torrico, el único del gobierno que se ha tragado el sapo de hablar del caso, negó que PP y Cs estén enfrentándose a su primera crisis. Según, según. Quizá no en la primera acepción que la RAE le da a «crisis», quizá sí, en la segunda. Se verá. En todo caso, los populares se han dispuesto a colocar la barrera perimetral en el Imdeco y han mandado ya a uno de los suyos a tomar medidas. Les da igual que la valla quede feílla. Lo primero, la seguridad. Los de Cs niegan sentirse «intervenidos», pero el PP ha empezado haciendo la valla en su casa y no sabemos si terminarán quedándose a vivir en ella. Hasta aquí, la semana en lo municipal. Para hablar de Podemos, anticapitalistas y Adelante Andalucía necesito un desplegable.