Cuando la campaña de recolección de la aceituna está a punto de iniciarse en las zonas más tempraneras de la provincia, la falta de lluvias del último año y las elevadas temperaturas registradas durante el verano y que se prolongan todavía están haciendo que los agricultores afronten con bastante incertidumbre la temporada, que ya desde sus inicios empieza mermada.

Así, según las estimaciones que manejan tanto las organizaciones agrarias como la Federación de Cooperativas Agrarias, a día de hoy y como consecuencia de esas adversidades climáticas, ya se puede hablar de una merma en la cosecha de en torno al 20%, que podría ser mayor y de proporciones incalculables si no llueve en los próximos días de modo que, aunque no tuviera repercusión suficiente en los pantanos, al menos sirviera para recuperar en algo en calibre del fruto y su calidad.

En estos momentos, explican todas las fuentes consultadas, son muchos los casos ya de aceitunas arrugadas y pegadas al hueso que tendrían un rendimiento nulo. Además, también hay casos extremos en los que el estrés hídrico de los suelos está causando que se sequen los árboles, perdiendo por tanto su producción.Con los datos que se manejan en estos días, se podrían haber perdido ya unas 65.000 toneladas de aceite, lo que significaría cerca de 200 millones de euros.

EL VERDEO // La campaña de recolección de aceituna se pone en marcha todos los años con el verdeo, donde, según Rafael Sánchez de Puerta, presidente de Faeca, y Miguel Cobos, secretario general de UPA, se está notando la falta de producto, porque solo se está cosechando en las zonas de regadío, que es una parte mínima, porque en las de secano el fruto no ha llegado a cuajar y engordar como sería deseable. Sin embargo, en cuanto a precios, según apunta Ignacio Fernández de Mesa (Asaja), las expectativas son superiores a las del año pasado, «que de todas formas son los mismos de hace veinte», aclara.

Desde la Junta de Andalucía se explica que la recolección del verdeo ha comenzado «especialmente en parcelas de regadío, donde el fruto presenta buen tamaño, ya que en los secanos, salvo en las zonas muy frescas, el calibre todavía no es adecuado debido a la ausencia de precipitaciones durante el mes de septiembre», indica el delegado Francisco Zurera.

EL ACEITE // En lo que se refiere al aceite, algunos interlocutores como Miguel Cobos hablan de «desastre», pues, aunque al principio se pensaba que se podrían conseguir las 268.000 toneladas de aceite de otros años, «eso ya es imposible». Solo se podrá mantener un poco el tipo, apunta Cobos, en los olivares de regadío, que significan el 15 o el 16% del total de las 350.000 hectáreas de olivar con que cuenta la provincia. Sin embargo, desde la Junta de Andalucía, el delegado territorial de Agricultura, Francisco Zurera, señala que «la Consejería de Agricultura está ultimando el aforo del olivar de la presente campaña, estimación de reconocido prestigio e impacto en el sector, que será presentado durante este mes». Por lo tanto, añade Zurera, «no podemos adelantar cifras, pero quizás esta campaña que se presenta pueda estar en la línea de la campaña anterior en lo que a Córdoba se refiere».

En cuanto a los precios y la venta, según Ignacio Fernández de la situación no es mala, pues, aunque está disminuyendo el mercado interior, por el precio, se está manteniendo el exterior, que permite dar salida al producto.

Para Sánchez de Puerta, la falta de agua y el calor ha provocado «daños irreversibles», aunque espera que se produzcan lluvias a partir de ahora que permitan mirar la temporada con algo más de optimismo. Para que la situación se revierta sería necesario, según las fuentes consultadas, que al menos en las próximas semanas cayeran unos 100 litros por metro cuadrado, que al menos aliviara la situación de los árboles y, por consiguiente del fruto, pero para poder mejorar la situación de los pantanos la cantidad que debería de caer de aquí a final de año debería rondar los 600 litros, porque, según explica Ignacio Fernández de Mesa, «los 300 primeros litros se los traga la tierra inmediatamente» y las otros 300, indica, «servirían para beber y regar». Se da la circunstancia de que durante el mes de septiembre, además de las altas temperaturas que se prolongan en octubre, no ha registrado en la provincia de Córdoba ni un solo litro de agua, algo que no ocurría desde el año 1970.

Y es que la realidad actual es que los embalses de la provincia de Córdoba se encuentran ya al28,30% de su capacidad, almacenando unos 966,843 hectómetros cúbicos, la cifra más baja de los últimos diez años. La regulación general se sitúa en estos momentos algo por encima del 25% de su capacidad, lo que podría ocasionar que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tome medidas restrictivas de no cambiar la situación.