La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, visitó ayer en Montilla un centro de acogida humanitaria para mujeres africanas y sus hijos que, tras «afrontar situaciones inhumanas», reciben ayuda en España para intentar llevar una vida normalizada. Según los datos aportados por Calvo, el año pasado España atendió a casi 1.300 mujeres que habían sido «traficadas» con fines de explotación sexual, a bordo en muchas ocasiones a bordo de pateras y casi 300 menores acompañados por estas mujeres.

La vicepresidenta destacó «el gran problema» que tiene España país con la trata de mujeres y niños con fines de explotación sexual y confió en que en la próxima legislatura «cuanto antes mejor», sea posible contar con una ley de trata para «afrontar situaciones absolutamente inhumanas e inasumibles».

Carmen Calvo, que solo aceptó cuatro preguntas en su comparecencia ante los medios, adelantó que, según el reparto acordado con la Comisión Europea, España acogerá a quince de los migrantes rescatados por el Open Arms. En principio, el reparto pactado incluye a España, Alemania, Francia, Luxemburgo y Portugal, aunque es posible que se incorpore algún país más. En cuanto a la posibilidad de que Córdoba reciba a alguna de estas personas, como ha ocurrido en otras ocasiones, la vicepresidenta no lo descartó, al tiempo que subrayó la solidaridad demostrada por muchos ayuntamientos de España, al ofrecerse a acoger a las personas que llegan en tales circunstancias.

Carmen Calvo tiró de ironía para responder a las palabras del director de Proactiva Open Arms, Óscar Camps, que a través de Twitter dijo aludiendo a la vicepresidenta que, «a menudo, no sé si habla ella de verdad o Salvini es el ventrílocuo». «Salvini y yo somos perfectamente iguales», dijo antes de subrayar que «las críticas forman parte de lo que a cada uno se le ocurre decir» y que las opiniones expresadas por Camps son algo que «se puede opinar en el mes de agosto perfectamente».