Los patios son para la primavera, el sol en verano y, en otoño, callejuelas. El Festival de Callejas ha vuelto a convertir Córdoba en reclamo turístico durante el mes de octubre, que llega cargado de actividades de ocio de lo más originales. Una de ellas transcurrirá solo durante este puente del Pilar, que ayer apuraban ya los más inquietos, ansiosos por completar los 52 sellos del pasaporte que da derecho a un diploma de entendido en callejas de la ciudad. En la Casa de las Cabezas, la actividad era frenética desde por la mañana, a pesar de que el día amaneció encapotado. «Había gente esperando en la puerta para pedir el plano y el pasaporte», indicó el personal que estos días actúa como cicerone de los intrépidos callejadictos. «No quiero perderme ni una», aseguró Juani, una jubilada que, acompañada por su marido, llevaba más de una docena de sellos antes del mediodía. «Cada una tiene su encanto, y además es una forma ideal para conocer muchos rincones que incluso a los cordobeses nos pasan desapercibidos». Enterarse de las leyendas y las historias que dan nombre a enclaves como Las siete revueltas de Santiago, El Horno de las Imágenes, la calleja de Los Buenos Vinos, la del Toril o La Malpensada (ya se pueden imaginar a qué se debió tal denominación).

Basta darse una vuelta por el casco histórico para saber quién está participando en las rutas, ensimismados en los letreros que, a pie de calle, informan del por qué, el cuándo y el cómo de cada nombre. Lástima que este año, parece que por falta de presupuesto, no se hayan organizado recorridos guiados, que tanto éxito tuvieron la pasada edición. Lo que sí hay son más calles, 16 más para ser exactos, que habrá que encontrar más rápido porque este año solo hay cuatro días para la búsqueda senderista. «Los niños lo disfrutan mucho y te obligan a completar el pasaporte para hacerte el diploma». Si tienen poco tiempo, Paqui, una enamorada de las callejas de Córdoba, recomienda algunas de sus favoritas. «Esto es como preguntarte qué dedo te cortas, pero bueno, entre las que no me perdería están las calles Grajea y Siete Revueltas, que el año pasado los vecinos pusieron preciosas, también será interesante a partir de las 20 horas el entorno de la calle Maracena y la Torre de San Andrés, porque las van a iluminar con velas, o la calleja de Los Apartados, por la historia que tiene detrás. En La Axerquía, Costanillas, Los buenos vinos y Los Ciegos, por nombrar algunas. Además, en las callejas Huerto de San Pablo y Mancera se oirán las leyendas de Doña Blanca (Orive), la Mancera y la del Duende. Están invitados.