Los impulsores del Grupo La Carbonería convierten en oro todo lo que ponen en marcha. Hace cuatro años que abrieron su primer restaurante, La Carbonería, en la calle Alonso el Sabio, y ahora están al frente de seis negocios, pues además del citado establecimiento regentan La Fábrica y Taberna la Sanluqueña, en la plaza del Olivo (zona del Chimeneón); El Rincón de la Carbonería (plaza de la Oca, cerca de la avenida de Barcelona); El Aguador, en la glorieta de Almogávares, y Cosso de la Carbonería (en la plaza de toros). Los cuatro socios de este grupo también formaron parte al 50% del restaurante El Mirador del Río, pero se desvincularon del mismo hace un año. "La apertura de La Carbonería fue un éxito. Fuimos la taberna de moda durante el primer año, impacto que continuó con la puesta en servicio de La Fábrica, local que al estar siempre lleno nos llevó a plantearnos abrir otro restaurante más pequeño (Taberna La Sanluqueña) en la misma plaza del Olivo, para acoger a los que se quedaban fuera de nuestro otro establecimiento", señala José Molina, gerente del Grupo La Carbonería y uno de los cuatro socios. Estos empresarios hicieron un estudio de mercado para ver en qué otro barrio podían abrir un nuevo restaurante, resultando que la zona de la avenida de Barcelona era buena candidata. Así nació El Rincón de la Carbonería en noviembre del 2013. "Después se quedó libre un local cercano a La Carbonería, nuestro primer negocio, y decidimos abrir El Aguador, ya que así evitábamos que otros restauradores nos hicieran la competencia", destaca Molina.

El último hijo de este grupo es Cosso de la Carbonería, la única taberna de la que forma parte un quinto socio, José Antonio Ladrón. La máxima de estos hosteleros es que siempre uno de ellos debe estar presente en los locales por si tienen que atender algún tipo de reclamación. En cuanto a los platos, "cada negocio tiene su especialidad, pero todos ofertan comida tradicional con alguna innovación. Sobre precios, lo normal es que el comensal, quedando satisfecho, se gaste una media de 8 a 10 euros por persona, ya que con la crisis pocos clientes se pueden permitir como antes desembolsar 20 o 30 euros por cabeza en un restaurante. Lo que tienen en común nuestros locales es que ofrecemos la mejor calidad al precio más competitivo", expone José Molina. La clientela de estos seis negocios, que dan trabajo a unos 90 profesionales (de entre 25 a 45 años), es eminentemente cordobesa, ya que han preferido asentarse en barrios tradicionales. "Trabajamos con proveedores cordobeses, para incentivar la economía local", destaca el gerente del grupo. Entre los proyectos de futuro están abrir un séptimo restaurante, aún pendiente de ubicación, pero que podría situarse por Carlos III, Fátima o Santa Rosa; activar la página web, actualizar la aplicación móvil del grupo e impulsar una tarjeta de fidelidad para la clientela fiel a estos negocios y la que seguro está por llegar.