Francisco José Reyes Guerrero y José María Baena son los promotores de las cestas solidarias del barrio de Valdeolleros en tiempos de coronavirus Esta iniciativa la han emulado de Italia, según comentan, y en primer lugar hicieron un sondeo en la página de Facebook de los barrios de Valdeolleros--Santa Rosa, y tuvo muy buena acogida por parte de los vecinos. Comentan estos dos jóvenes que en primer lugar colocaron una cesta para ver la reacción de la gente, «y se volcaron muchísimo, por lo que seguimos colocando en distintos puntos de la zona y pretendemos abrir la iniciativa a otros barrios de la ciudad». Actualmente tienen instaladas cestas solidarias en seis puntos del barrio, que se localizan en la calle Santa Rosa (frente del Mercadona), calle Cruz de Juárez, frente al centro de salud, calle Platero Bernabé de los Reyes (puerta del Proxi), plaza de Valdeolleros, calle Don Lope de los Rios (Puerta de la Iglesia) y Avenida Almogávares (frente a Hernán Ruiz).

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Esta ola de solidaridad está recibiendo el apoyo de otros vecinos de la ciudad, que, como añade Francisco José Reyes, «se ofrecen para echarnos cualquier tipo de ayuda, tanto de donación como de logistica». Además, ellos son los que se encargan de cuidar y vigilar estas cestas, viendo la evolución de las mismas para que el reparto sea equilibrado.

Aunque la picaresca es algo muy de los países latinos, como España, Italia o Grecia, también apuntan estos protagonistas de la solidaridad que «generalmente se están portando todos muy bien, ya que suelen coger de las cestas lo que verdaderamente necesitan para poder alimentarse», matizan estos jóvenes solidarios, que recuerdan que se trata de un barrio con una gran mayoría de trabajadores por cuenta ajena, y otros muchos que sobrevivían en economía sumergida.

La idea de José María y Francisco José es que esta iniciativa perdure en el tiempo, «ya que lo malo de esta crisis no se produce ahora, porque están llegando muchas ayudas, sino cuando pasen varios meses, cuando se acaben los apoyos sociales y muchos no tengan donde acudir».

Aseguran que están viendo la evolución para poder instalar más puntos de recogida de alimentos en los demás barrios de la ciudad, dadas las interesantes experiencias que se están llevando en esta cadena de favores, donde unos entregan de forma anónima los alimentos de primera necesidad y otros los recogen. Comenta Francisco José que «la idea era dar esta semana el paso ya, pero con esto de la lluvia y que estamos buscando cajas mejores, lo hemos pospuesto».

Un aspecto sociológico que está produciendo esta crisis sanitaria, según explican estos jóvenes solidarios, es que «mediante este sistema tratamos de llegar a la mayoría de los ciudadanos, ya que muchas familias, por vergüenza, no se atreven a pedir comida, pero con las cestas solidarias pueden ir a recoger un alimento imprescindible para poder comer uno o varios días». De este modo, logran una ayuda directa sin pasar el mal trago de pedir, ya que las cestas están situadas en los puntos estratégicos del barrio.

El sistema de trabajo, según Reyes, es «pasar una vez al día para controlarlas, sobre todo para ver el comportamiento tanto como el que deja como el que coge». En estas cestas se puede coger desde leche y bolsas de chucherías, pasando por aceite, pasta, legumbres, tomates, caldo, frutas y pan. Todo ello con el objetivo de alegrar el día a muchas familias que lo están pasando mal.