Después de cuatro años de polémica sobre la titularidad de la Mezquita de Córdoba, el deán de la Catedral, Manuel Pérez Moya, salió ayer a la palestra asegurando que, al contrario de lo que afirma el informe de la comisión de expertos sobre la Mezquita que niega la existencia de algún título que confirme la donación del edificio a la Iglesia, el Cabildo cuenta con documentos sellados que demostrarían la titularidad del monumento, aunque solo estarían dispuestos a entregárselos a un juez. Según el deán, esos documentos los tiene «guardaditos» y no tiene previsto entregarlos al Gobierno aunque se los pida, señalando «la división de poderes que existe en un estado democrático». Según Pérez Moya, «los originales están en el Archivo de la Catedral de Córdoba, que tiene una gran riqueza histórica y medievalista» y también se pueden consultar, según dijo, «en el Archivo Histórico de Simancas», aseguró. Las declaraciones del deán, realizadas en la presentación de una jornada de arquitectura (página 37), estuvieron apostilladas por los arquitectos presentes. Para empezar, por Rafael Moneo, Premio Pritzker y Príncipe de Asturias de las Artes, quien restó importancia a la polémica de la titularidad del edificio por el hecho de que el monumento se encuentra muy bien conservado y porque el Cabildo se ha afanado durante años en su mantenimiento, por lo que solo cabría comprender que se reclamara su titularidad si se encontrara en estado de abandono. En su opinión, «ni una carta de Alfonso X El Sabio ni ninguna comisión podrá influir en la Mezquita-Catedral», porque «la cuestión de la propiedad es un asunto más teórico que real», tras lo cual animó a «que discuta quien quiera, porque el templo no se va a descuartizar ni a repartir entre anticuarios».

También se sumó a aportar sus ideas al respecto, pese a que en un principio nadie quería hablar del tema, el arquitecto conservador de la Mezquita Gabriel Rebollo, que, casi al final de la comparecencia, coincidió en que «es un debate secundario, ya que este edificio no se puede vender y cualquier actuación que se lleve a cabo debe realizarse con autorización expresa de la Junta y el Ministerio de Cultura». Asimismo, indicó que «a nadie le preocupa cuando visita un edificio quién es el titular». Lo que no aclaró es por qué entonces fue inmatriculado por la Iglesia.