Isadora Donnier se estrenó recientemente como presidenta de la asociación de vecinos Galea Vetus, la primera que se creó en el barrio y que nació a finales de los años 90.

Lleva en San Agustín cerca de dos décadas y vive en una de esas pocas casas de vecinos que se conservan en Córdoba, un lugar en el que «se perpetúa la convivencia en torno a un patio y que a mí me gusta mucho».

Aunque se declara amante de su barrio subraya que «últimamente está un poco abandonado» ya que han desaparecido muchos de los propietarios de las viviendas tradicionales y ahora éstas están vacías.

A ello se suma el hecho de la falta de equipamiento en la zona, por eso confía en que por fin vean la luz iniciativas como la rehabilitación del edificio número cinco de la casa de la plaza de San Agustín, de propiedad municipal, después de que hace unas semanas el responsable de Urbanismo, Pedro García, anunciara la decisión de recuperar el inmueble y de consensuar su uso.

Isadora cree también imprescindible los vecinos puedan utilizar el antiguo colegio Luciana Centeno como para acoger a jóvenes, adultos y mayores y poder hacer realidad iniciativas como una escuela de música.