Aunque la anorexia es el trastorno alimentario más conocido y que ha causado más alarma social, la bulimia afecta a un mayor número de personas y además es más difícil de detectar y por tanto de curar. Así lo aseguró ayer el doctor Josep Toro, psiquiatra jefe del Hospital Clínico de Barcelona, durante su intervención en las V Jornadas sobre Anorexia y Bulimia Nerviosas que ha organizado la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (Adaner).

Este experto señaló que por cada caso de anorexia hay tres de bulimia y que este trastorno afecta a más adultos. Así, si la anorexia se produce a partir de los 12 o 13 años, la bulimia ataca a jóvenes a partir de los 17 o 18, pero también a adultos de todas las edades. Las personas que la sufren, según el doctor Toro, no son extremadamente delgadas como los anoréxicos, sino que tienen una complexión normal o incluso un poco de sobrepeso y su conducta es muy difícil de detectar "si alguien no les pilla provocándose el vómito o excediéndose con los laxantes o bien en sus atracones de comida".

Para corregir esta dolencia, Josep Toro apuesta por combinar los fármacos que inhiben el impulso al atracón de comida y los antidepresivos con una intervención psicoterápica. En este sentido, afirmó que la terapia que ha dado más resultados es la cognitiva-conductual, que enseña al paciente resortes psicológicos para vencer sus trastornos y las circunstancias que agravan la bulimia, como el estrés y la ansiedad.