José Cruz, presidente de la asociación de vecinos Paz y Santa Victoria, lleva más de treinta años en el entorno de la Fuensanta. Asegura que aunque «es un señor barrio» y «uno de los privilegiados de Córdoba», por las amplias zonas comunes y por la amplitud de sus calles, necesita de mayor vigilancia en el entorno porque «ahora está un poquito dejado de la mano de Dios» y los vecinos sufren las consecuencias.

En este sentido, Cruz se queja de que en el entorno de la calle Virgen Milagrosa, cerca de donde se coloca el mercadillo de la Fuensanta, los vecinos han tenido que vallar sus bloques para evitar que los bajos de sus edificios siguieran utilizándose como aseos públicos y como refugio para «botellones».

Por este motivo, José Cruz considera que «tendrían que vigilar un poquito más» la zona, lo que además ayudaría a acabar con ciertos problemas de inseguridad ciudadana, principalmente relacionados con hurtos y robos, según relata el presidente de la asociación vecinal.

Junto a ello señala que desde este colectivo reivindican el arreglo del acerado de la Fuensanta, deteriorado por el tiempo, para evitar las caídas de los mayores, sobre todo en las horas nocturnas.