La soledad es la epidemia del siglo XXI. Lo dice la Organización Mundial de la Salud en un momento en el que la esperanza de vida es más grande que nunca en los países desarrollados y, según las estimaciones, el número de mayores se va a multiplicar hasta alcanzar los 2.000 millones para el 2050.

En Córdoba, como ocurre en el resto de España, cada vez son más las personas mayores que viven solas, lo que ha disparado el número de intervenciones sociales que acaban derivando en los cuerpos de seguridad y en los servicios de emergencia municipales. El año pasado, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamentos de Córdoba realizó 130 intervenciones en domicilios de personas mayores, lo que supone una actuación cada tres días, en las que localizaron a siete personas fallecidas.

Según Bernardo Palacios, suboficial del SEIS, «en Córdoba cada vez viven más personas solas y es frecuente que nos lleguen avisos para atenderlos por caídas o accidentes del servicio de Teleasistencia de la Junta o de Cruz Roja, o porque el 061 acude a un domicilio para atender a una persona y necesita ayuda para entrar en el domicilio o moverlos».

ACTUACIONES HUMANITARIAS / En ese sentido, señala, «los bomberos atendemos cada vez más situaciones de carácter humanitario derivadas de la situación de soledad en que viven muchos mayores». Estas alertas suelen producirse por la noche. «Durante el día, la mayoría cuentan con algún tipo de ayuda a domicilio o familiares que le asisten para su aseo y demás, pero si duermen solos y se caen o tienen algún tipo de accidente, se intenta localizar a algún familiar y si no hay, la alerta se deriva a bomberos», comenta Palacios.

En estos casos, el procedimiento habitual es que el SEIS acuda en compañía de la Policía Local, por si es necesario identificar a la persona o para estar presente en el caso de que haya que acceder a la vivienda rompiendo la puerta o a través de la ventana, según los casos. El perfil social de las personas a las que atienden en estas circunstancias, según indica el subinspector del SEIS, son mayores con escasos recursos que dependen de servicios sociales o personas sin familiares directos que puedan gestionarles la ayuda que requieren.

Generalmente, según Palacios, en el caso de los mayores fallecidos que han localizado, los vecinos son habitualmente quienes avisan al 112 «porque echan en falta a una persona después de algún tiempo sin verles y llaman para que comprobemos si están bien».

AUTOPSIAS / El Instituto de Medicina Legal de Córdoba realizó el año pasado 264 autopsias de personas fallecidas en circunstancias dudosas para informar a la autoridad judicial de la causa de la muerte, una práctica obligada en los casos en los que aparecen mayores muertos en sus domicilios. En más de la mitad de los casos (136), se determinó que fueron muertes naturales.